El retrato

Un poco de hielo

Como mi casa no estaba tan lejos de la escuela, no tardé mucho tiempo en llegar.
Sabía que mi padre no estaría pues me había dicho que llegaría hasta tarde, así que saque mis llaves y los metí en la chapa, pero antes de abrir la puerta un gran camión de mudanzas llamó mi atención. Como no podía mirar más adentro decidí entrar a la casa y tratar de observar por la ventana como toda una espía.
Subí a mi cuarto el cual daba a la calle y desde la ventana podía observar al camión rojo que tanto me intrigó. "Son solo nuevos vecinos" me dije a mí misma pero antes de poder dejar de chismorrear noté que Cut estaba ahí! No lo podía creer! Cut era mi nuevo vecino!
Incluso parecía capítulo de telenovela.
Empecé a brincar por todo el cuarto cual niña emocionada después de conseguir un juguete, fue tanto mi brincoteo que terminé tumbando mi lámpara. La puse denuedo en su lugar y decidí bajar a comer algo.
Como de costumbre, papá dejaba comida para que la calentara pues no se fiaba mucho de mí, tenía miedo de que volviera a ser anorexia como ya me había pasado antes o que callera en alguna otra enfermedad. En realidad podía hacerlo pues era fácil simplemente tirar la comida a la basura o a la trituradora para fingir que la había comido toda, pero como en mi experiencia pasada casi muero, me aseguraba de comer bien o por lo menos lo suficiente para no desvanecerme.
Comí la lasaña que había hecho mi padre y después una manzana. Subí al cuarto de ejercicio para correr en la caminadora un rato y así pasar el tiempo hasta que mi padre llegara. Subí, me cambie de ropa y me dirige a la caminadora.
Llevaba 24 minutos en la caminadora cuando empezaron a tocar la puerta
"Y ahora quién diablos es" me dije a mí misma
Tomé una toalla para limpiarme el sudor y baje las escaleras para abrir la puerta.
Cuando llegué abajo alguien ya se me había adelantado en abrir la puerta y noté que era mi papá seguido de un chido, pero no era un chido cualquiera, era Cut.
- Adelante hijo, pasa en lo que yo voy por el hielo- era la voz de mi padre
- Muchas gracias señor- dijo Cut.
Yo me quedé parada en las escaleras y al ver que mis piernas no reaccionaban para poder subir corriendo puse los ojos en mi padre y le dije - Veo que ya llegaste-
- Así es, iba llegando cuando vi a este joven tocando la puerta, me pidió que si le podía dar un poco de hielo.-
- Hola- me dijo Cut- Acaso no nos hemos visto antes? - preguntó.
No lo podía creer, en verdad me notó en la escuela, no fui tan invisible a final de cuentas.
- Creo que si, de hecho vamos juntos en la escuela. Estás en mi salón- lo dije con toda la calma que pude tener.
- O si, la chica de la esquina - se rió - pues es bueno saber que al menos alguien de la escuela vive por aquí
- Si - me apresuré a decir- Asi que ya sabes, si ocupas algo, aquí estoy. - le sonreí
- Pues muchísimas gracias Alex - me devolvió la sonrisa
-Buen chico, aquí está el hielo, si quieres más puedes pedírmelo con confianza - decía mi padre mientras le daba la bolsa de hielo y lo acompañaba a la puerta
-Muchas gracias señor, hasta luego. Adiós Alex - dijo mientras salía
-Adiós Cut-

Una vez que se fue subí corriendo las escaleras hasta llegar a mi cuarto y verlo por la ventana. No lo podía creer, se sabía mi nombre, de seguro lo escucho mientras tomaban lista los maestros, pero el punto era que me conocía.

-Como te fue en la escuela?- decía mi padre mientras entraba a mi habitación
- Bastante bien en realidad, se fue muy rápido el día y al llegar me topé con un gran plato de lasaña, muchas gracias papi-
- De nada hija- se acercó para darme un beso en la frente
- Creo que eso fue mala idea- le dije, como acababa de hacer ejercicio aún estaba toda sudada y tenía un sabor salado.
- Y si que lo fue- hizo una mueca y a la ves se rió- anda, ve a bañarte antes de que dejes tu cuarto mugroso, MUGROSA- me gritó
Yo solté una carcajada y me fui al baño.