"Y después de tanto tiempo alejada de él, después de tantos intentos fallidos de dejarlo atrás te das cuenta que siempre caes en sus redes, siempre eres la misma tonta que regresa corriendo a sus brazos.
Porque sabes que sin él no eres nada, sin él no hay nada.
Es como aquella droga que alimenta a los latidos de tu corazón, sabes que hace daño pero lo necesitas.
Como si se tratase del mismo oxigeno envenenador que corre por cada parte de tu delgado cuerpo haciéndote sentir miles de cosas a la vez.Correr el riesgo o no.
Siempre el cerebro puede más que tu corazón, haciéndote repetir el mismo proceso frustrante que por tanto tiempo te ha torturado.
Y es ahí donde te das cuenta de que Tal vez son como el día y la noche, siempre tan lejos y a la vez tan cerca."