Parte 2

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A la mañana siguiente, Baekhyun se dirigía a su aula. Le tocaba historia a primera hora y el profesor odiaba los alumnos que llegaban tarde, incluso si se retrasaban un minuto, así que el bajito se aseguraba de llegar por lo menos diez minutos antes.

Al entrar el corazón le dio un vuelco, Chanyeol estaba sentado en su mesa escuchando música y con las piernas encima de esta.

Baekhyun no quería echarlo, así que se sentó en la mesa de al lado mientras lo observaba, sin preocuparse de ser pillado ya que el alto parecía estar descansando.

— ¿Has acabado ya de comerme con la mirada, rubito? —dijo el alto abriendo los ojos.

Baekhyun se estremeció.

—No.

Ante la respuesta directa del bajito, Chanyeol comenzó a reír mientras bajaba los pies.

Ese gesto gustó a Baekhyun, quien seguía mirando al alto.

Ya solo quedaban unos minutos antes de que la clase comenzara a llenarse.

— ¿Tan bueno estoy?

— No tanto como yo —dijo Baekhyun escondiendo una media sonrisita.

Chanyeol volvió a reír.

En ese momento Baekhyun se dio cuenta de que ya no estaban solos, la clase ya se estaba llenando y el profesor no tardó en llegar.

— Buenos días alumnos, veo que estamos todos.

El bajito sacó sus cosas a la vez que bufaba. Odiaba esa clase, no le importaban personajes que ya estaban muertos, en su opinión eso no hacia avanzar a nadie, si alguien quería saber algo de ellos solo tenía que ir a un museo.

Miró a Chanyeol de reojo y volvió a bufar. Chanyeol era el favorito del profesor, hiciese lo que hiciese nunca le llamaba la atención, así que este podía pasarse toda la maldita clase durmiendo tranquilamente.

Así que Baekhyun decidió molestarlo. Arrancó un pedacito de papel para escribir un mensaje y acto seguido hizo una bola que tiró apuntando a la cabeza del alto.

Este se sobresaltó un poco y miró con el ceño fruncido al causante de aquello. Baekhyun se tapó la boca para aguantar la risa y con la mano le indicó que leyera el papel pero Chanyeol le sacó el dedo corazón.

Entonces el bajito le volvió a tirar otra bola con el mismo mensaje y esta vez el alto, cansado, decidió leerlo.

«Que calor hace, ¿me refrescas con tu manguera?»

Chanyeol al leer la nota levantó una ceja a la par que sonreía maliciosamente.

Con cuidado, cogió un bolígrafo de su estuche y quitando el tapón con la boca, respondió al mensaje tirándolo de la misma manera a Baekhyun.

Ansioso, el bajito leyó la respuesta.

«Dudo mucho que quieras ese bonito culo tuyo sangre y empieces a rogar que pare».

Al leer esa frase a Baekhyun le empezó a palpitar el corazón descontroladamente. ¿Qué le pasaba? Parecía un chico virgen.

Los minutos pasaban y el bajito no dejaba de dar golpecitos nerviosos al suelo con el pie. Necesitaba calmarse, pero notar la mirada del alto sonriendo como un hijo de puta no ayudaba para nada.

Baekhyun pensó que actuar de esa manera lo hacía parecer inocente, cosa que no era y ese no era el momento de empezar a parecerlo.

La clase acabó veinte minutos más tarde, veinte minutos que a Baekhyun le parecieron eternos.

Fugaz ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora