Textos De Un Amor Imposible ||Jerrie T. || +18 ||

Cap 1 "Hola Soy Perrie"

No puedo ya seguir haciendo esto. No puedo. Me duele la cabeza de pensar en los estúpidos ejercicios matemáticos que tengo frente a mi y la reacción del Señor Ker sin no llegó con la tarea resuelta a "Primera Hora" su sola voz me hace morir del desespero.

Golpee mi cabeza brusca contra la mesa de hacer los deberes y me queje reaccionando por mi estúpida  acción, hasta que por fin algo me saco de mis cavilaciones, el sonido de mi celular me hizo entonar la jocosa melodía de "Uptown Funk'' de Bruño Mars.

Esparcí mis libros por la mesa revolcando todo. Intentando encontrar el aparato que empezaba a desesperarme

-Hola? -mi voz ademas de agitada sonaba algo molesta. La persona del otro lado de la linea solo soltó una carcajada jocosa.

-Valla Preciosa. ¿De esa manera tan grosera sueles contestar el teléfono a todo el mundo? -Fruncí el ceño, confundida ¿Preciosa?. No tengo ni la mas mínima idea de quien podría provenir esa voz tan peculiar, lo único que tenia claro es que era una mujer.

-Quien habla? -tímida pero curiosa, mi cabeza se ladeo casi involuntariamente.

-Ammm.. -suspiro en un raro sonido. Estaba gimiendo?, no pondría mis manos al fuego, pero puedo jurar que lo estaba haciendo -Digamos, que te he estado observando...

Ahora si estaba totalmente perdida, en que momento pase de estar resolviendo ejercicios matemáticos para estar hablando con una extraña ¿acosadora sexual?

-A que te refieres? -Mi temblorosa voz me delataba y me sentía un poco mareada. Sus quejidos parecían no cesar y mientras la escuchaba. Podía sentir como algo dentro de mi correspondía aquellos inestables sonidos.

-Te lo pondré de la siguiente manera, Linda -su voz era determinante y dominante. Me hacia sentir temor y a la vez una resequedad en la parte posterior de mi garganta. Esto estaba mal y no quería seguir con esta llamada -La corta falda de tu uniforme, me hace desear estar entre tus piernas...

La sola frase me estremeció por completo. ¿Estaba teniendo una pesadilla acaso?, me quede congelada, con mis brazos alrededor de mi cuello y mi cabeza hecha un lió completo. Llegue a pensar que ella colgaría por mi falta de respuesta, pero parecía estar decidida a hacerme decir algo.

-No entiendo... -Fue la respuesta mas estúpida que pude haber dado, pero mi cabeza estaba muy ocupada procesando lo anterior como para pensar en algo coherente y un poco inteligente. Su ronca voz me hizo cerrar mis ojos entreteniéndome con lo excitante que sonaba, su risa ocupaba toda la linea telefónica y sus jadeos me empezaron a hacer sentir algo usada.

-Que dulce eres... Jade -Entonces me congele por completo. ¿Como diablos se supone que ella sabe mi nombre?, el miedo se apodero de mi sistema y empece a creerme una idiota por estar dándole gusto a una desocupada chica haciendo una broma telefónica.

-Ya dejo de ser divertido -De hecho nunca lo fue -Dime que es lo que buscas de mi?

Unos instantes de silencio me hicieron volver a pensar con la cabeza fría. Tal vez ella solo es una idiota que no sabe ocupar su tiempo en algo productivo. Pero la sensación de que sus palabras fueron mas profundas y Sucias de lo que jamas alguien me había dicho me hizo pensar que tal vez ella de verdad me ha estado vigilando.

-Lo único que busco de ti Jadey.... -esas palabras salieron en un susurro, seductor -Son tus labios... Y no precisamente me refiero a los de tu apetecible boca, Lindura.

-Estas enferma. -Afirme en un salvaje intento por detener sus palabras.

Una risa enronquecida me hizo querer vomitar. No sabia como sentirme al respecto, pero lo único que sabia es que mi curiosidad me impedía terminar con este hecho tan extraño y apretar el botón para dejar de sentirme violada. Pero había una parte que solo quería que ella siguiera hablando, y decirle que me interesaría que me dijera aquello en mi cara.

-Muy enferma, Cariño -era increíble lo descarada que sonaba -Vamos Jade, tu cara dulce no me engaña... Se que deseas que alguien te haga sentir mujer por una vez en tu vida.

La tensión y la rabia me consumieron. ¿Quien era ella para decirme tal estupidez?. Una risa carente de humor salio por mis labios enojada.

-Y quien me va  a hacerme sentir mujer?... Tu? -dije divertida.  -No lo creo, ademas quien diablos te crees para llamarme y opinar acerca de mi vida sexual?

-Estas alterada, Jadey? -su desparpajo y ironía me hicieron subir mis niveles de enojo hasta el tope. -Debe ser la falta de sexo salvaje...

Abrí mis ojos como platos y me queje en un suspiro. Tome aire y me prepare para la siguiente oración.

-Si de verdad crees eso, ¿¡Porque no vienes y me haces sentir mujer de una vez por todas maldita pervertida¡?

Un silencio me hizo sentir un escalofrió recorrer mi espina dorsal. Unos golpes me hicieron salir de mis cavilaciones, voltee sobre mi silla y entonces observe una figura de una mujer de estatura media, su rostro apenas iluminado por la luz de mi habitación me hizo sentir terror. Me levante agarrándome del hilo de valentía que poseía, pude notar entonces sus ojos azules apenas me acerque demasiado para hacerlo. Una mata rubia caía sobre sus hombros descubiertos, y su sonrisa divertida me hacia pensar que la chica probablemente podría ser un sinónimo de perfección, sus labios eran delgados y rosas, su tez era blanca tal cual una bella muñeca de porcelana. Sus piernas contorneadas estaban descubiertas dejándome con la boca hecha agua, su falda era corta y satisfactoriamente excitante. Sus ojos emanaban diversión y lujuria.

Pero entonces me percate del objeto que sostenía cerca de su oreja. Un celular ilumina la parte derecha de su mejilla dándome la prueba que necesitaba para sentir que el suelo no era suficientemente bueno para sostenerme.

-A tus ordenes... Jadey.