Capítulo XVIII

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Andrew extiende su mano y toma el gran libro desde el lomo. No puedo evitar sentir que algo va a salir mal, por lo que uso mi don para ver el material del que está hecho.

Cuando los dedos de Andrew se posan en el material, las vibraciones pasan de su cuerpo al mío y llegan hasta mi cerebro. Este lo procesa, pero no reconoce ningún material que sea conocido.

Andrew termina de sacarlo y se le cae al suelo.

―Joder, es muy pesado

―No creo que sea un libro. Parece como una caja ―digo, algo extrañado― No reconozco el material del que está hecho, Andrew

Ambos nos acercamos al enorme cuerpo azul y negro. Al observarlo con cuidado me doy cuenta que tiene inscripciones en, lo que parece, egipcio. Paso mi mano por sobre ellas, tratando de descifrar su significado con la yema de mis dedos. Es inútil, no logro identificar nada que me de una pauta de que quiere decir.

―¿Qué crees que sea? ―pregunto

―Seguro dentro hay algo importante

Vuelvo a analizarlo, buscando un cerrojo o una cavidad para abrirlo. No me creo que solo sea un pedazo de roca sin más. Paso mis dedos por el costado y siento una... dos... cinco hendiduras, donde parece poder ponerse unas llaves.

―Aquí Andrew, mira esto ―digo, señalándole mi descubrimiento― ¿Será para alguna llave?

―No lo creo, son huecos muy desproporcionales, y no parecen desembocar en ningún mecanismo

―Si pudiera voltearlo, para verlo mejor

―Usa tu don, pero colócate la pulsera. No quiero que me lo des en la cabeza

La pulsera...

―Andrew eres un genio

Tomo mi pulsera y la coloco en las hendiduras. Esperamos, pero nada sucede.

―En mi mente tenía sentido ―digo, algo decepcionado

Tenía toda la esperanza, pero no parece ser tan fácil como parece. Estoy seguro que las pulseras y esta caja o piedra tienen algo que ver. Si tan solo supiera como...

Veo que Andrew analiza las hendiduras. Agarra la pulsera y la coloca al revés. La piedra tiembla y se deshace un segundo después, dejando a la vista un libro marrón, que parece muy viejo. Él esboza una sonrisa de satisfacción.

Andrew y yo nos miramos, tratando de entender lo que acaba de pasar. La enorme caja azul y negra ha desaparecido como arte de magia, dejando mi pulsera tirada en el suelo, junto al gran libro.

―Thomas, ¿no te parece familiar esa inscripción? ―dice él, señalando el gran ojo rodeado por un circulo.

Volteo el libro hacia mí. Efectivamente parece un ojo. Arriba tiene una rara inscripción, que no puedo entender. Esta es muy similar a la de la caja, pero las letras son diferentes.

―Está escrito en ese idioma raro

―A ver, déjame a mí

Andrew apoya su mano en el libro e instantáneamente las irises le desaparecen, dejando sus ojos blancos. Me alejo por la impresión, pero vuelvo rápidamente, para cortar su trance.

―¡Andrew! ¡Andrew!

Él vuelve en sí y me mira.

―Dame el libro ―me ordena

Sin mascullar ni protestar, se lo doy.

―Ionia ―dice

―¿Qué? ¿Qué es Ionia?

Legados: El libro de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora