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Un chico de cabellos canos y pomposa vestimenta caminaba con un extraño aparatejo en manos por los pasillos del Palacio del Dragón, la única escuela para hijos de villanos en la Isla de los Perdidos, iba tan absorto planificando lo que haría con el complejo invento que paseaba, que no notó que el mismísimo Jay venía detrás suyo observándolo, como la mayoría del tiempo, tan misterioso, tan aislado, tan... inalcanzable. Todo un enigma que el moreno deseaba resolver.

El mayor sonrió admirando las lindas pecas del chico y se acercó a este decidido. Se armó de valor antes de materializarse a unos centímetros de su espalda, pero... una extraña corriente eléctrica lo colmó estando ya detrás suyo, se sintió tan abrumado por ello que, solo dio un respingo para después regresar de donde había llegado, cabreado consigo mismo por haberse puesto así, sólo era una rata de laboratorio ¡por Dios!

No pudo evitar sonrojarse, caminaba con una no tan normal mirada baja por el pasillo, esperando que sus mejillas se apagasen.

—¡Fíjate por donde caminas, Jay! —espeta una sarcástica voz femenina frente a este, levanta la mirada apenado, encarándola.

—¡Hey, Mal! —saluda—. ¿Qué te trae por mi pasillo?

La ojiverde lo mira indignada.

—¿Tu pasillo? —se burla—. Oh Jay, se nota que no sabes distinguir que yo soy la reina de este instituto.

—¿Ah sí? —el chico de ojos tan bellos y oscuros como la noche sonríe—. ¿Me harías el honor de caminar por mi pasillo y acompañarme a vanidad? A Gothel no le agradará que lleguemos tarde.

—Por eso nada más, esperaremos aquí —la pelimorada sonríe extasiada y se recarga en uno de los pasillos, gozaba  mirar a "Madre Gothel" respirando hondo para no arrugar el entrecejo.

Jay sonríe y se recarga junto con la chica en la pared, sería divertido.

§

El chico de cabellos blancos entra a un salón repleto de fotografías de una dama de cabellos negros y esponjados, bufa asqueado al mirar las poses de la vieja en la mayoría de las fotos y procede a sentarse en su banca, la de en medio ni tan cerca, ni tan lejos, sólo donde no lo miren.

Los demás chicos comienzan a entrar, mira divertido a los gemelos de Gastón mientras ellos se dan duro con los puños.

"Vaya idiotas" pensaba.

Todos tomaron sus asientos, dejándolo sólo, por supuesto ¿Quién habría de juntarse con Carlos de Vil?

Minutos más tarde, entró Madre Gothel, luciendo su elegante y cómodo vestido carmín, movía sus anchas caderas al ritmo de la música que resonaba por la habitación. Y comenzó la clase.

—Bueno queridos —anunció la pelinegra—, hoy estudiaremos el retrato de...

—Lo siento, llegamos tarde —anunció una pelimorada entrando en el aula, con un gesto notable de triunfo, un chico moreno y fornido entró después, sonriendo con burla.

—¡Mal, Jay! —espeta la dama mirándolos con furia—. Tomen asiento.

Ambos chicos se sentaron en una de las primeras bancas antes de comenzar al reír por el gesto de la mujer, la cual se airaba con la mano.

—¡Jay, toma asiento en otra parte! —ordena la mujer examinando el salón, buscando algo, o más bien alguien—. Siéntate a un lado del joven de Vil —sonrío como si fuese un castigo.

Jay, por su parte miraba al chico perplejo, su corazón comenzaba a latir de nuevo, sentía que explotaría.

Tomó su morral y se encaminó a su nuevo sitio, el chico sólo lo examinó con la mirada para después posar su vista en su cuaderno.

—Ah sí, les decía —alargó—. Ustedes harán un proyecto sobre el retrato de su villano favorito, puede ser de sus padres... —canturreó observando a Mal, la cual parecía absorta en un bocetijo que hacía en uno de sus cuadernos—. Será en parejas, con su compañero de alado.

El chico de piel morena sintió un extraño cosquilleo en su estómago y miró de reojo al chiquillo que tenía a un lado.

—¿Entonces...? —saludó—. Quieres que vaya a tu casa a hacer el trabajo.

Carlos lo miró por unos instantes, antes de contestar.

—Debo consultarlo con mi madre...—susurró—. ¿Qué hay de tu casa?

Jay sonrió mostrando su bella dentadura.

—Créeme, no quieres conocer a mi padre, te conviene que lo hagamos en tu casa.

—Oh, bueno —mira sus manos distraídamente—, entonces te veo en la tarde en El bar bazofias y ya te digo que pasó ¿Vale?

El mayor sonrío con picardía y sintió de nuevo ese dolor de estómago.

De seguro eran las sobras de en la mañana... si de seguro era eso.

—Vale.

Ya ansiaba que fuera más tarde para hablar más con él.

"Impossible Love" [Jaylos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora