Capítulo 3. " The escape"

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El transcurso de la tarde estuvo aburrido y  lento, igual que siempre.

En el comedor me senté con Dania y algunas chicas en la mesa. No quise almorzar el gran menú de hoy: Puré de papas con espárragos. Lo único que me pasa es una Coca-Cola bien helada que sostengo en mis manos.
Tampoco hago comentarios, me limito a escuchar su plática sobre sexo, chicos, drogas y de vez en cuando sobre sus vidas y lo que harían si no estuvieran aquí.

Entre veces me observan en silencio a la espera de algún comentario sobre el tema del momento, brevemente doy mi punto de vista.

También tuve una discusión con la celadora de turno, no sé cuál es su nombre, es nueva. Le llegó información de que le mentí a la vieja de Klaus, ¿Quién sabe que estúpida le habrá dicho que no fui donde Jennifer esta mañana? Sin embargo, no le queda otra opción que dejarme entrar, no hice nada malo en mi salida, así que se da por vencida me abre la puerta entre gruñidos y gestos malhumorados.

En la habitación, hablo un rato con Dania, además de ser mi compañera de litera, ha sido una buena compañera, no se mete en mis asuntos y me ayuda de vez en cuando y le agradezco que avisara lo que estaba ocurriendo aquella noche…

Ya en la madrugada todas estan durmieron incluyendo a Dania que parloteo toda la noche hasta quedarse dormida. Agradecí que lo hiciera me tenía irritada. Ya es bastante tarde, solo escucho algunos ronquidos provenientes de algunas chicas, aparte de eso, todo está en completo silencio. Me aseguro que todas estén dormidas.

A continuación, decido ejecutar mi plan. Me levanto cuidadosamente de la cama. En hurtadillas me dirijo hasta el baño del fondo, daba gracias por ello, antes los baños estaban afuera, lo hicieron para tomar medidas por las muchas irregularidades que ocurrieron, fue lo mejor.

Abro la puerta cuidadosamente.
Observo el baño, cierro la puerta tratando de hacer el menor ruido posible. Fijo mí vista en la ventanilla que está en la pared de frente a mí, vacilo por unos segundos antes de subirme al inodoro, esta fácil, me digo a mi misma. Esta ventana nunca la han cerrado. Saben que se puede escapar por la ventana, pero, más allá de la trayectoria se joden. Igual será rápido, no llevo nada con migo. Solo mis Jeans de mezclillas, mi blusa favorita de botones azules. Ah, lo más importante mi caja de cigarros y los guantes.

Respiro profundo.

Es ahora o nunca. Me subo al inodoro, pongo las manos en la ventana, me estiro lo más que puedo, hago impulso con mis codos, logro montarme, quedo un poco incomoda por lo estrecha que es. Como puedo salto cayendo de bruces en la grama.

Bueno, logre el primer paso, me faltan tres más. Observo a mí alrededor minuciosamente asegurándome de que ninguna celadora este merodeando por allí.

¡Maldición! 

Me escondo rápidamente entre los arbustos, veo una celadora haciendo su ronda nocturna por el lugar, hace su recorrido marchándose por el mismo lugar del que apareció hace unos minutos.

Suspiro.

No me ha visto. Tengo la respiración a millón, los latidos de mi corazón laten más rápido de lo normal, la adrenalina me invade conforme aumentan los minutos y la distancia. Saco los guantes de mi bolsillo trasero, me los coloco rápidamente en ambas manos.

Emprendo mi carrera hasta la valla, corro entre los arbustos rápidamente sin mirar atrás, estoy alcanzando mi objetivo. Me acerco cada vez más, lo estoy logrando me digo un poco victoriosa, lo estaré completamente cuando este fuera de este sitio, es ahí cuando escucho las sirenas. 

¡Maldición!

Se ha escapado de nuevo.
Búsquenla rápido.
Rápido, rápido.

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