Capitulo 1

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Me senté en el muelle, el nombre original de este era el de "Muelle De La Sal" si, estoy en Sevilla.
El punto es que aunque este Muelle se llamara así, todos aquí le decían "El Muelle Suicida".
Un tiempo atrás, los jóvenes suicidas venían aquí cuando ya no podían más con sus miserables vidas y tomaban la decisión de suicidarsen; ya sea cortándosen las venas, como ahogándosen en el  rio o mas bien, en la bodega que había cerca del Muelle, colgaban una soga y se ahorcaban.
Yo venía a sentarme aquí todos los días. Este lugar me atraía, yo estaba sola en el mundo.
Mi padre, estaba en otro país con su esposa y obvio que yo no le importaba.
Yo desde pequeña vivía con mi madre y Moira. Moira es la empleada, aunque yo le digo de vez en cuando "nana".
Yo no he tenido amigos nunca, siempre he andado sola, no he tenido a alguien a quien decirle: "Me gustas" o "Te amo". Nunca nadie se fijó en mi y lo peor es que ya iba a entrar a la Universidad, mierda, más sola aún.
Me levanté y miré fijamente el atradecer, ¡vaya que era hermoso!.
Sostenía mi reproductor de música con la mano izquierda, en la derecha llevaba mi par de zapatos, unos Converse negros y dentro de ellos los audifonos de mi reproductor, obviamente no quería perderlos como siempre pierdo a todos.
Cayó la noche y me di vuelta, claro, como siempre volvería al dia siguiente, pero odiaba tener que irme de allí, este era mi lugar favorito.
Caminé por las resplandecientes calles de mi amada Sevilla, yendo hacia Bella vista.
Por fin llegué a mi casa, como odiaba volver. Golpeé tres veces y en segundos la puerta abrió.

—¡Dani! Te estaba esperando hija.–Dijo mi madre dibujando una gran sonrisa en su rostro.
—Hola mamá.– Susurré pasando.
Mamá cerró la puerta y sentía como iba detrás mío, mierda, la plática de nuevo.
Subí a mi cuarto que era en el ático y me senté en mi mesa de trabajo. Cuando me sentaba allí se me ocurrían algunos poemas, se me venían ideas a la mente, pero este no era el momento para crear un poema o hacer mucho, ya que mi madre siguió en plan de seguirme hasta mi cuarto.

–¿Pasa algo hija?.– preguntó mi madre acercando su mano a mi hombro.

Claro que pasa mamá, me siento sola, me siento inservible, no quiero nada, solo ir al Muelle Suicida y quedarme allí por siempre, quiero a alguien que si me entienda, no que sólo se preocupe cuando no me den ganas de fingir que estoy bien, quiero a alguien que no me deje, que me entienda, que me ayude a salir de esto.

–No mamá, no pasa nada.
–¿Estas segur...
–Si mamá, lo estoy, estoy segura, no te preocupes.– le Interrumpí

El muelle suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora