Nunca dijiste nada...

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Habían pasado dos días desde la ultima vez que April vió a Justin. El muchacho nisiquiera se dignó a aparecer por su casa durante esos dos eternos días para ella. Y se arrepentía mucho de la horrenda despedida que habían tenido.

Es decir, ella ni siquiera le había dado un beso en la mejilla como mínimo. Hasta un abrazo cordial, o incluso un ridículo apretón de manos, o un despacio golpe en la espalda hubiera sido mejor que esa monótona despedida.

Se lamentó además, por que nunca se le ocurrió preguntarle su verdadera dirección (ya que en la casa de al frente, que se suponía que era su casa, ni siquiera se veía movimiento) o su número de teléfono como por cortesía. Era ridículamente horrorizante donde estaban quedando sus cordialidades.

Se entretuvo leyendo un poco, e incluso pasó horas en su computadora o frente a la pantalla del televisor, sin regaño alguno por parte de su madre, ya que, obviamente prefería tenerla en casa haciendo nada, que afuera haciendo Dios sabe qué.

Durante la noche del tercer-día-sin-el-misterioso-Justin-Bieber se encontraba un poco más inquieta de lo normal, y su madre lo notó.
Se preocupó incluso, por que en una de las siestas de April, había visto el diamante del collar de su hija volverse brilloso.
Alumbraba además, una luz sustanciosa emanaba de su interior, por lo que se preocupó y trató de mantener a su hija despierta durante el día, por temor a quien-sabe-que-cosa.

Pero, agotada ya por no hacer nada, April se fue a dormir más temprano que de costumbre. Pensar y extrañar a Justin la cansaban mucho más de lo que ella realmente creía.

Cayó a un abismo profundo, y se durmió enseguida.

Narra April:

No sabía donde estaba, ni me había detenido a pensar que era ridículamente extraño estar en un lugar el que yo no conocía.

Era una especie de bosque, en el que nunca jamás en mi vida había estado. Avancé hacia lo que parecía ser el final del bosque, había un camino que me guiaba y un poco de luz mañanera, pero eso no impedía que la oscuridad de aquel bosque me envolviera.

De pronto pisé un fango de lodo, y me quedé atrapada allí, no podía sacar mi pie y comencé a asustarme, se suponía que iba a amanecer, pero la luz cada vez era más lejana, siendo consumida por una potente oscuridad.

De pronto una rama se quebró, una sombra se movió y yo me di la vuelta, pero no pude ver a nadie.
De pronto había alguien al lado mío, ayudándome a sacar el pie que se había atascado. Por que, por ridículo que parezca, yo andaba descalza.

- ¿Justin? - le consulté, pues, a pesar de las sombras, su engominado cabello rubio y su indistinguible ropa negra no lo hacían pasar desapercibido.

- Cállate - me dijo.

- Que rudo - le dije yo, bromeando. Obviamente agradecía la razón por la que estaba ahí.

- Déjame sacarte de aquí, y te enseñaré realmente si soy rudo.

Me quedé en silencio, anonadada. Sin saber que decir o que hacer. ¿Quien era este chico y por qué se parecía tanto a Justin?

Finalmente mi pie se desatascó, pero la fuerza que "Justin" usó fue demasiada, por lo que me caí al piso y me golpeé la espalda fuertemente con una roca.

- ¡Aaaaaaaay! - alardié. Me dolía intensamente, como una pequeña punzada que me recorrió toda la espina dorsal.

Justin cayó sobre mi y comenzó a susurrar en mi oido.

- Creías que soy rudo - dijo despacio, mientras pasaba su nariz por mi oreja, arrancándome pequeños gemidos - No soy quién tu crees, April. No me conoces. Por que si lo haces, tendrás que huir antes de que te mate.

Narra Anne:

Estaba incómoda, no podía dormir, pero mis párpados pesaban. Sin embargo no hallaba la posición correcta para rreconciliar el sueño. Me levanté y tomé mi bata, me la puse, la amarré a mi cintura y bajé por un vaso de agua y una pastilla a la cocina.

Mientras me dirigía a la cocina, pude ver que la luz de la pieza de April estaba encendida, así que me dirgí hacia allí para apagarla.

Pero no era exactamente la luz de la pieza lo que alumbraba, y quedé estupefacta cuando vi que el collar iluminaba toda la habitación y April se retorcía en su cama, seguramente teniendo una pesadilla. Me acerqué temblorosa a ella, la iba a remover cuando una voz en silencio me respondió.

No lo hagas.

《¿Qué?》

No la muevas.

《¿Por qué no?》

Estoy hablándole en realidad, advirtiéndole quién es realmente el guapo Justin Bieber.

Me quedé a su lado, pensando que ante cualquier cosa, yo iba a moverla. Por mucha protección que quisieran usar para con ella, yo no iba a permitir que tuviera que entender de esa manera.

April comenzó a susurrar cosas, y a moverse exageradamente en la cama, apretaba los ojos y plantó un grito desgarrador. Me puse de pie asustada para ver que dos hileras de sangre comenzaban a bajar por su cuello.

- Bethanne, ¡Bethanne ella es tu nieta!

- No voy a permitir que Justin le haga daño, Anne, si April está bien en algún lugar, ese es junto a mi.

- ¡No voy a dejar que te la lleves! - grité - ¡Es MI hija!

- Tú no sabes cuidarla, al menos conmigo estará segura.

- ¡Pero no voy a permitir que me la quites!

Puse mis brazos en los hombros de April y comencé a removerla, ella sin embargo estaba como muerta en mis brazos.

- ¡April! ¡Despierta! ¡Vamos, Abre los ojos hija!

- Queda poco tiempo, Anne.

- ¡April!

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Bueno bueno bebés, veo que la novela va subiendo y que hay muchos vistos y pocos me gusta y comentarios.

Así que para incentivarlassssss a que comenten y voten, voy a comenzar a dedicar capítulos yyyyyyy.... aquella que sea más fiel puede que la agregue como personaje a la historia /-\

Dale a la estrellita y la sigo :*

Las quiero ♥

Prohibido Besar A La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora