NEVER AGAIN
Capítulo 24
Justin Bieber
Había invitado a mi mejor amigo Ryan a mi casa unos días por que tenía que contarle muchas cosas y la principal era todo lo que había pasado con ___ estos últimos días, ya han pasado dos meses y medio desde que vino a decirme que iba a quedarse con Luke, ya lo estaba aceptando y estaba resignándome a encontrar a alguien mas, no puede ser difícil de igualar.
Mi carrera está en el mejor punto ahora, estoy teniendo mucho éxito, me encanta lo que hago y tener a mis fans es algo totalmente maravilloso e indescriptible. Pero me pongo a pensar si ___ se hubiera quedado desde un principio, ahorita compartiría mis éxitos con ella, estaríamos juntos todo el tiempo, no habría boda porque ella detesta las bodas, pero obvio estaríamos juntos.
Cada que recuerdo aquel día en el que hicimos el amor por primera y única vez, mi piel se eriza, fue la mejor experiencia de mi vida, ella es totalmente maravillosa en cualquier aspecto posible, pero diablos, es también muy terca y no puedo con ella. Me he pasado escribiendo canciones para ella y quiero grabarlas todas, hacer un maldito disco y dárselo obvio, acompañado de un ramo de rosas negras, sus favoritas, las cuales el maldito de Luke jamás podría conseguir.
Salí al balcón y prendí un cigarrillo, sé que no es lo mejor que puedo hacer pero últimamente me hace desesterarme, Cuando por fin logre superar a Selena y encontré una chica de la cual me enamore como un loco, ella no quiero estar conmigo, cuando encontrare a alguien que realmente me corresponda y se quede a mi lado?
Sentí la mano de Ryan golpeando mi hombro y me levante para darle un golpe y después abrazarlo, parecíamos niñitas pero era mi mejor amigo y lo necesitaba, soné demasiado femenino pero necesito sacar todo lo que siento por esa niña rebelde y terca que atormenta mi vida.
-Te vez horrible hermano- escupió burlándose de mi terrible aspecto
-Estoy mal amigo- confesé y volví a recordar ¿es que acaso nunca terminara de aparecer en mi mente? - Es mejor que te relajes que tengo mucho que hablar-
-Para eso viaje tantas horas viejo, dale- dijo tomándole a una copa de vino que había dejado ahí hace un rato
-Se quedó con su ex el muerto-dije molesto y con el estómago revuelto
-Justin, solo a ti te pasa eso idiota, tenías todo para que se quedara contigo pero eres demasiado flojo y no te gusta dar guerra-dijo molesto y mirándome de la peor manera, si no fuera mi amigo de siempre, tal vez ya lo habría golpeado hasta sangrarlo por esa mirada
-No soy flojo Ryan, si ella tomo esa maldita decisión nada la hará salir de eso y no podría cambiarlo en lo absoluto-
-Y estas totalmente seguro que ella lo ama Justin?- dijo comenzando a molestarme y dándome ganas de reír a carcajadas porque parece mi abuelo regañándome
-No lo sé, maldita sea, Ryan amigo, la necesito- bufe y me peine hacia atrás, era mi un tic que hacia cuando me sentía desesperado
-Ve por ella Bieber, ve por ella-dijo golpeando mi hombro de nuevo- nos miramos por unos segundos con la cara seria y después nos reímos muy fuerte
-No es fácil Ryan, está en Nueva York, ella está feliz y no quiero meterme, porque no soy un hijo de puta que puede llegar y desordenar su vida así como así-
-Y ella si puede ser hija de puta y romperte la vida? Perdón que lo diga, pero solo mírate, estas jodido hermano y lo entiendo, me ha pasado, pero luche y tuve la mejor relación de mi vida-
-Pero terminaste con ella-dije mirándolo mal ahora yo
-Ella no era para mí, pero si no me arriesgaba jamás iba a saberlo, me arriesgue, pero diablos ustedes han estado tan cerca y alguno de los dos la caga. Perdon que lo diga hermano, pero ella quiere que le ruegues y tú quieres lo mismo, son un par de inmaduros que, en vez de aprovechar el tiempo juntos, se separan como los cobardes que son-
Me quede pensando por no sé cuánto tiempo, estaba tratando de encontrar algo mal en todo eso que había dicho Ryan pero tenía la razón, somos un par de egoístas, inmaduros e idiotas que pudiendo estar juntos, estamos separados, pero no dejamos de pensarnos, bueno al menos yo no dejo de pensar en ella.
-Dame tu celular- no me dejo pensar cuando lo tomo y comenzó a buscar en mis contactos, después anoto el número de ___ en sus contactos
-Que estás haciendo? - pregunte confundido
-Dices que es psicóloga no? - dijo mirándome con la ceja levantada y una media sonrisa que podía darme a entender que haría una locura
-Si, si lo es, pero ¿eso que tiene que ver? -
-Cállate-
Tomo su teléfono y le llamo sin pensarlo a ____, lo mire mal, pero obvio quería que lo hiciera me hizo una señal de que no hablara y por mas enojado, no lo haría porque quería escuchar su chillona y horrible voz. Sonaba y sonaba y no contestaba, me estaba inquietando, tenía que contestarle.
-Bueno- dijo ella algo tímida, como siempre, jamás se la había quitado el miedo a lo desconocido, pero aun así moría de amor por ella
-Buenas Tardes señorita, Mitchell?- me miro preguntándome si estaba bien, asentí sonriendo por la terrible cara arrugada de Ryan pero pude contenerme-Hablamos de la asociación estadounidense de Psicología, nos enteramos que esta titulada con honores y queremos invitarla a un taller que haremos durara una semana pero solo puede venir usted, es más como una capacitación, le gustaría o la descarto?-
-Por dios claro que sí, me encantaría, cuente conmigo, ¿pero dígame joven donde sería el taller? - podía sentir como estaba entusiasmada
-En Malibu California, empezaría pasado mañana, pero mañana mismo llegarían sus boletos de avión, obvio pagados por nosotros y aquí la veríamos el jueves, ¿está de acuerdo? -dijo Ryan intentado no reírse de mi princesa por su notorio entusiasmo
-Perfecto, muchas gracias, ¿disculpe cuál es su nombre? - dijo mi bebe
-Reynold Hembling, nos vemos señorita Mitchell, prepárese para una hermosa semana de relajación y aprendizaje, traiga su traje de baño- dijo Ryan a punto de estallar en risa, le di un golpe y se calmo
-Claro que sí, muchas gracias Reynold, nos vemos el jueves- colgó
-Eres un desgraciado, te burlaste de mi mujer, le hablare a mi asistente para que compre los boletos y los mande a su casa-
-Amigo, me debes un Ferrari nuevo, tienes una semana para convencer a esa chica que su lugar es a tu lado, podrás hacerlo?- me miró fijamente
-Podre hacerlo- asegure
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