Capítulo 5.

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Lágrimas, perdón y sentimientos.

Llevo más de media hora encerrada en mi habitación.

Me levanto de la cama y tomo un bolso. Guardo el libro que me dio la vidente, una cámara de fotos, el libro de "El principito" y un par de cosas más.

Me asomo hasta el balcón y salgo. Miro hacia lo lado, buscando una forma de cómo escaparme, ya que no me entusiasma la idea de ver a Alexander.

Me asomo por el balcón y veo como un furioso Alex sale dando un portazo y subiendo a su auto.

Antes de cerrar la puerta del auto aún más molesto y salir a toda velocidad a quién sabe dónde, se voltea y me evalúa con la mirada. Aprieta sus dientes, y es claramente visible como aún más molestia se instala en él.

Sin poder evitarlo lo miro con tristeza y me adentro a la habitación saliendo de ella. Bajo las escaleras y escucho como el auto de Alexander se aleja a toda velocidad.

Abro la puerta del gran castillo y salgo corriendo al bosque.

Agitada y cansada me siento en el suelo y apoyo mi espalda en el tronco de un árbol.

Respiro fuerte mente. Y siento como las lágrimas se asoman por mis ojos.

Siempre fui una persona de mente abierta. Pero todo lo que está pasando me supera.

¿Vampiros? ¿Brujas? ¿Hombres-lobo?

¿Qué es eso de que soy una bruja? La primera lágrima cae de mis ojos.

¿La reencarnación de Elena? ¿Quién fue Elena?

- ¡Maldición! ¿¡Por qué yo!?- Grito a todo pulmón. Mientras las lágrimas caen de mis ojos. Me cuesta respirar con normalidad.

Es obvio que no iba a mantener la compostura por mucho más tiempo.

Los Waas son vampiros. Mi mejor amiga es la reencarnación de la segunda bruja más poderosa que existió. Yo soy la reencarnación de la primera bruja más poderosa. Y siento una maldita e inevitable atracción por el tío de mi mejor amiga. ¡El maldito tío de mi mejor amiga!

Grito con todas mis fuerzas hasta casi ya no sentir la garganta. Las lágrimas caen como cascada de mis ojos.

Esto apesta.

Odio como me estoy sintiendo. Odio como estoy afrontando esto. Odio cada lágrima que cae de mis ojos, sólo representan mi debilidad. Y apesta. Apesta tan grande que parece que estoy rodeada de mierda.

Odio lo que siento cada vez que veo a Alexander. Odio cada vez que pienso en él. Odio como mi corazón se acelera cada vez que lo veo sonreír. Odio la preocupación y el malestar que se instala en mi pecho cuando lo veo ponerse triste.

Odio toda esta mierda.

Odio no saber que decirle a Giselle. Porque sé que no tengo ninguna excusa. Sé que ella debe estar odiándome por sentirme atraída por su tío. Pero sé que ella no me odia tanto como yo lo hago.

Otro grito sale de mi garganta. Tan fuerte que dejo de gritar porque siento como se me va la voz.

Es lo que menos me interesa.


Giselle.

Mi mejor amiga y mi tío.

Qué estúpido.

No odio a Kim, ni a mi tío. Sólo odio que no me hayan dicho nada sobre eso.

Muevo mi cabeza para borrar estos pensamientos de mi cabeza.

AsfixiadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora