[Gay] El bien o... ¿el mal?

Capítulo 2

• CAPÍTULO 2 •

Se acercó con pasos seguros, hacia donde se encontraba aquella caja. En las paredes podían verse quemaduras y algunos papeles en los cuales había escrito ecuaciones matemáticas y notas donde la palabra predominante era "huye".

Tom mentiría si dijera que eso no le ponía los pelos de punta, pero su curiosidad era mayor que su miedo, por lo que se sentó delante de aquella caja, y con un suave pero decidido movimiento, apartó la sabana blanca de la caja.

Cuando apartó la caja, las velas a su alrededor prendieron, como si le incitaran a proseguir con lo que estaba haciendo. Eso le llamó mucho la atención, de hecho, trato de buscar una repuesta científica a aquel suceso, pero al cabo de unos minutos, su atención volvió a centrarse en aquella caja.

En la parte superior habían unos números escritos con lo que parecía una tiza negra. Ignoró este hecho y abrió la caja.

Una vez abierta, una brisa escalofriante recorrió la habitación, calando los huesos de Tom, y removiendo las llamas de las velas, creando un efecto lumínico siniestro.

Dentro de la caja había una plataforma de madera la cual sostenía una especie de bola de cristal, pero mas plana y llena de un humo blanquecino.

- ¿Que demonios se supone que es esto? - Dijo Tom mientras movía aquella tabla de un lado para otro, hasta que su mirada se fijo de nuevo en la bola de cristal, y como por arte de magia, un texto escrito con tinta negra apareció en el interior de la bola. Ponía "Hola".

Tom se quedó en silencio por algunos segundos, revolviendo en su mente para hacer algo.

- ¿Quién eres? - Preguntó Tom con un aire de estupidez, al fin y al cabo estaba hablando con un objeto material.

Pasaron los segundos y la bola continuaba con la palabra "Hola" y la impaciencia invadió a Tom.

- Maldita sea, ¿que estoy haciendo? Será mejor que vaya a hacer otra cosa y no esta tontería... - Sus palabras se perdieron en el silencio cuando un texto se formaba de nuevo en la bola de cristal. "¿Que quién soy? Eso debería preguntarte yo, pues tú has sido quien me hao despertado"

Tom tragó saliva con dificultad, ¿sería alguna broma? La boca se le secó y los labios se le agrietaron.

- Me llamo Tom, ¿y quién eres tú? - De nuevo, un texto se formó; "Encantado, Tom, y no tengas prisa, cada cosa a su debido tiempo"

- ¡Tom, cariño, ven a ayudarnos a transportar algunas cajas! - Gritó su madre, espantando a Tom. Volvió a colocar la sábana encima de la bola y la plataforma de madera, y se lo llevó bajo en brazo hasta su cuarto, escondiéndolo en el armario.

Bajó y ayudó a su familia a llevar las cajas, y pronto cayó a noche.

La madre de Tom hizo pasta, por lo que toda la casa olía genial, le recordaba a cuando vivían en el pueblo.

Cenaron tranquilamente y hablaron sobre qué iban a hacer mañana. Las vacaciones de verano estaban a punto de terminarse y empezaría un nuevo curso en un nuevo bachillerato.

Tom estaba cansado, así que se acostó temprano, pero esa misma noche...