2

853 22 2
                                    

Estaba sentada en el jardín de la casa, no tenía mucho que hacer así que decidí tomar un poco de jugo al aire libre, solía hacer eso en una pequeña plaza que estaba cerca de casa en la que todas las tardes los niños corrían, jugaban y saltaban en los juegos, iba allí antes de perder a mi primer bebé, pensando en que cuando naciera íbamos a ir a jugar todas las tardes después de la escuela pero cuando lo perdí fue tal el dolor que no volví a salir de casa, ni Aron me lo permitía ni yo aguantaba las ganas de llorar cada vez que pasaba junto a la plazoleta.

Mi marido nunca había sido así, quiero decir, cuando estuvimos de novios no me golpeaba y cuando éramos recién casados tampoco.

Todo comenzó cuando perdí a mi primer pequeño, el se volvió más posesivo, autoritario, histérico y muchas cosas más, creo que todo eso es soportable pero que me golpeara había llegado demasiado lejos. No me merecía ni una sola pizca del dolor que el me había hecho experimentar.

Me siento tan rota, tan idiota.

Y recordé cuando éramos adolescentes enamorados. Creo que pudo seguir siendo así, pero alguien se llevó a el hombre tierno, romántico y detallista con el que me había casado y no digo que yo no había cambiado, al contrario, cambié más que él.

Yo nunca hubiese permitido que me tocase un pelo, porque bueno antes de quedar embarazada yo tenía a mi familia, no sólo a Aron, sino que también tenía a esas maravillosas personas que me amaban y me respetaban, pero hacía ya más o menos un año que no venían a visitarme.

Sentí fuertes golpes en la puerta, supuse que eran ellos y que venían a buscarme.

Y si, era como yo decía, ellos vinieron por mi, por lo que le hice a Aron, pero no me importaba... no me importaba lo que el destino me tuviese resetvado para el resto de mi vida.

Mi Querido Marido✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora