Capitulo 3: "Dificultades"

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Había olvidado lo que era estar en prisión, la mayoría de personas creen que nos ponen a picar piedras como esclavos, con todo y grilletes.

Pero la tortura podría ser peor, si un grupo de voluntarios o religiosos no venían a entretenernos nada lo hacia. Nos la pasábamos muchísimas horas sin hacer nada.

Y aunque para algunos sonaba al paraíso, no lo era, la frustración y los pensamientos suicidas se van haciendo presentes.
Todo camino que tomaras aquí te llevaría a la muerte, a la locura o a la desesperación.

La mayoría prefiere leer, tener sexo o pelearse la mayoría del tiempo. Seguramente muchos mantenían novias en el pabellón femenino.

No sólo se traficaba droga, armas, alcohol o cigarrillos (en el caso de Frank, chicles y dulces) también se traficaban visitas al pabellón femenino. Habían unas horas durante el día que los guardias se hacían los de la vista gorda y dejaban a dos o tres pasar a ver a sus mujeres.

El pasillo que nos separaba de las mujeres era digno de respeto.

Me rio un poco al pensar en eso.

Necesitaba salir de aquí, estar aquí era aburrido, y matar convictos no era lo mío. Prefería víctimas puras, inocentes y aburridas, cuyas vidas no tienen sentido alguno y no han probado el éxtasis de liberación alguna hasta que claro, yo aparecía.

-¿Qué le dijiste al de ojos verdes para que te golpearan?- pregunta de golpe. Suspiro.

-Pensé que estabas durmiendo o muerto, arruinaste mis ilusiones.- gruño.

-Suéltalo, Jeff.- comienza a patear las tablas de mi colchón en la parte de arriba. No lo mates aún, no lo mates aún.

Al diablo, lo voy a matar.

-Si sigues haciendo eso, te voy a hacer sufrir, maldita sea.- le advierto.

-No tienes armas.- se burla.

-Soy bastante bueno con las manos.- No será un problema estrangularlo, aprieto los puños, será fácil, él chico tiene un cuello bastante delgado.

Una carcajada resuena por toda la habitación y me sorprendo. ¿No entiende que lo quiero matar?

Salto al piso y me vuelvo hacia él, si cree que esto es una broma, va a ver.

-Eso fue tan pervertido...- suelta entre risas. Entonces entiendo lo que acabo de decir.

-Agh, bien.- le doy una patada a su pierna -El maldito era mi hermano. 

-¿Y por qué te odia tu hermano?- pregunta sobando su pierna -¿"Era"?

-Si, la historia es larga, el punto es que no sabía que estaba vivo siquiera, y al parecer me quiere muerto.- finalizo esto con una sonrisa.

Frank parece sorprendido, después sonríe.

-Después me la contarás, supongo.- No lo creo, niño bonito. -Pero por ahora, voy a reclamar un encargo ¿vienes conmigo o qué?

Excelente, ya no tengo que buscar al distribuidor.

Camino detrás de él, y noto como varios chicos lo miran mientras pasamos. Esas miradas las conocía muy bien... Este chico debía ser presa de los depravados.

Llegamos hasta una celda que estaba repleta de cajas y mierdas por todos lados.

-¿Encargo o directo?- se oye una voz entre el desastre, de entre todas sale un hombre de unos treinta, con lentes y un cigarrillo entre los labios. Una sonrisa amarilla se asoma. -Oh, hola Frank, ¿quien es este?

-Jeff.- responde simplemente -Dame lo mío.

El de sonrisa de vagabundo asiente, agarra una bolsita de color verde y se la entrega al castaño, el cual sonríe y recibe la bolsa. Después saca unos billetes y se los entrega.

-¿Tu quieres algo?- me pregunta.

-Quiero encargar algo especial...- respondo con una sonrisa.

.

Muerdo sin ganas un trozo de pan y miro hacia todos lados.

-¿A quien buscas?- pregunta Frank. Lo miro, indicando que deje de joder y de creerse que somos amigos o algo así.

Dejo la comida y me levanto, listo para dejarlo ahí como un idiota.

-Él no come con el resto.- suelta cuando me doy la vuelta, causando que frene -Come en su celda.

Me vuelvo hacia él, esa mirada es de complicidad.

-Es muy conocido aquí.- se lleva un pedazo de comida a la boca.

-Será por ser una puta.- río, Frank se ríe ahogadamente.

.

Descuelgo el teléfono y veo a mi amigo hacer lo mismo a través del vidrio.

-¿Cómo te dejaron pasar sin asustarse o sospechar de tu físico?- es lo primero que pregunto.

-Hola, Jeff.- gruñe irritado, que nenita -Ben hizo una ilusión para mi, los guardias me ven como era antes de morir, pero los de nuestra clase me ven tal y como soy.

-Dile a la rubia que gracias por eso.- sonrio burlonamente.

-¿Ya tienes planeado como salir de aquí?- susurra.

-No, por ahora lo que me importa es sobrevivir.- suspiro. Jack enarca una ceja y ríe.

-¿De qué demonios hablas? Como si no hubieras estado en una prisión antes, idiota.- su sonrisa burlona de tiburón se va apagando a medida que ve que estoy hablando en serio.

-Esta vez es diferente, Jack.- siseo -Liu esta aquí, esta vivo.

-¿¡Qué!?- casi grita, atrae la atención de algunos guardias y carraspea.

-Como lo oíste, ciego. La otra noche sus perros falderos me dejaron en el suelo, no tenía armas.- él frunce el ceño ante el apodo, después niega con la cabeza al escuchar que me dieron una golpiza.

-Te traería unas pero me registran al entrar aquí.- bufa.

-Tranquilo, ya solucione eso con el distribuidor del lugar.- sonrio.

-Liu va a matarte, Jeff.- suelta Jack, tremendamente serio -Si tiene una pandilla te van a matar, en cuanto más rápido te escapes, mejor.

-Por ahora estoy tanteando terreno, Jack. Necesito ver mejor el lugar y descubrir zonas abandonadas o que sean posibles salidas.- explico -Cada vez me envían a prisiones más jodidas.- gruño -Estamos en una jodida montaña y esta nevando, aún si salgo, necesitare a alguien que me reciba afuera.

-Sabes que estaré ahí.- me asegura Jack.

-Gracias.- suspiro -Dile a Ben que no cante victoria, que muy pronto volveré.

Jack sonríe -Esta bien, vendré en unos días, tal vez. Suerte.- se levanta y cuelga el teléfono.

-La necesitare con ese maldito.- susurro cuando veo a Jack salir del lugar, cuelgo el teléfono y vuelvo al rectángulo.

No Way Out |Woodscest| #CreepyAwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora