Capítulo 15

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El mundo humano... esta...- me quedé callada un momento por el asombro y sentimiento de culpa que golpeaba en mi- lleno de sangre

Disculpe, ¿qué sucedió con la ciudad? –pregunte a un señor que paso corriendo cerca.

Ellos...simplemente llegaron...eran reales...-me contestaba nervioso, desesperado y parecía estar llegando a la locura- creíamos que eran leyendas...pero atacaron en la noche...seres con grandes colmillos...no creíamos que lo hacían en el día –se puso más nervioso y comenzó a jalarse el cabello- pero nos atacaron en la plaza y...-no lo deje terminar, me acerque a él haciéndolo dormir.

Perdón, los de mi raza están trayendo muchos problemas en este mundo –dije mirando al señor que había caído en mis brazos dormido- pero esto pronto acabara y, de ser necesario, ustedes nunca nos recordaran.

¿Qué le haces a mi padre? –pregunto una niña a mi costado, no me di cuenta de su presencia. Me miro con miedo y miraba a su padre, supuse que creyó que lo había matado así que trate de calmarla.

Tranquila cariño, él está bien –dije sonriendo sin mostrar los diente, pues no estaba segura si ella vería mis colmillos con miedo, aunque a nosotros contrario a lo que se dice manejamos el tamaño de estos según la necesidad, por ejemplo, si queremos beber sangre los agrandamos, sino los mantenemos a tamaño normal como los de humanos.

Oye. te estoy hablando –de pronto escuché que me dijo la niña, creo que me había perdido en mis pensamientos- ¿crees que puedes ayudarme a llevar a mi padre a casa? Lo haría yo, pero no podre sola –continuo e hizo un puchero, que en mi opinión es tonto, pero supongo que con eso ella logra convencer a los demás.

Lo hago si es que no vuelves a hacer ese tonto puchero delante de mí –dije con una ceja curvada al mismo tiempo que cogía a su padre entre mis brazos.

Hecho –respondió ella con una sonrisa y comenzó a caminar delante de mi mostrándome el camino- ¿sabes?, eres diferente a todos los adultos –me miro y yo solo me encogí de hombros- ellos siempre acceden a lo que pido cuando hago puchero o caritas tiernas, pero tú lo haces para que no lo vuelva a hacer –volvio a mirarme con una sonrisa- creo que seremos grandes amigas

Supongo que esta es tu casa, ¿no? –le pregunte a la niña cuando esta se detuvo en una especie de casa hecha de madera; ella asintió, saco una llave de su bolsillo y abrió la puerta, fue entonces cuando sentí ese olor metálico salir de la casa- *¿un vampiro dentro? Es que acaso no tienen respeto por los hogares, debo detener...* espera....-dije, pero ya era demasiado tarde, la niña había abierto la puerta, entro y por instinto entre detrás de ella, colocándome delante suyo y dejando a su padre en el suelo.

Vaya, vaya, más presas que succionar –dijo un hombre cruzando la puerta de lo que parecía conducir a la sala- y mejor en la cocina

Lárgate de aquí, vampiro –dije mirándolo fijamente- no tienes derecho a estar en este mundo

Prin.ce.sa –me miro fijamente y luego se arrodillo, agachando su cabeza- princesa, no me puedo ir, aunque usted lo ordene –me volvió a mirar- nosotros estamos haciendo esta rebelión para que usted pueda gobernar en este mundo, el mundo que tanto ama –sonrío con placer.

¿De que estas hablando? –pregunte al vampiro como si estuviera loco- el mundo que yo amo está siendo destruido por ti y tus compañeros, ahora todo lo han manchado de sangre –lo mire molesta y desesperada- yo no quería esto, solo deseaba vivir en un mundo con paz y tranquilidad –fruncí el ceño al ver que el negaba.

No, usted solo dice eso, porque es demasiado amable como para pedir lo que realmente desea –dijo el vampiro sonriendo- por eso nosotros cumpliremos con sus deseos

Protección de humanos y ¿un amor perdido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora