Frases y Reflexiones

Reflexión: "Juego terminado, has..."

Uno no conoce bien a la gente, pero, si ni siquiera se acercan a las persona, porque han de juzgarla? ; las injusticias, carias mentiras y engaños perjudican mas al inocente y benefician mas culpable; la maldad incrementa los trastornos mentales, recuerdos traumáticos, ansiedad intensiva...

Toda persona intenta sonreír, quiere ver a alguien, que añora mucho, la escucha, ayuda, aconseja, a pensar de las molestias jamas se aleja... Peto, al pedir consejos que ayudó tiempo antes, la persona la abandona y los problemas del solitario empeoran...
Cuando le ocurre algo a la consejera, te preguntas que le sucedió, siempre la habías visto tan humilde y buena gente, pero no te das cuenta que el te necesita y tu lo dejaste de lado y lo desechaste cual inútil.

Mientras tanto, la persona humilde que conocida esta atrapada, llorando, encerrada con miedo, pidiendo piedad, pero... Que gana?, solamente más dolor, mientras que tu te sigues preguntándote que le ha sucedido en vez de preguntarle y ayudarle, te le quedas mirando cuya diversión manifiesta para tu ser.

Días después te aburres y la dejas tirada... Su traumatismos anhela la soledad, añora la felicidad, y convive con la tristeza, ja, y esa persona, ese ser que tanto te pidió, cual fue una mínima cosa, la punta del pino o la montaña, la cereza del pastel... Es mucho menos de lo que te dio...

Esa persona muere lentamente... Su alma de desvanece como cenizas... La mirada en sus ojos te hacen ver la verdad... Pero su cuerpo se te hace repulsivo que ni siquiera te acercas para observar bien la figura de na persona ansiosa que tanto a sufrido sólo por querer ayudarte... Finalmente, aparece muerta, sin ninguna persona a su lado, y te sigues preguntando que le sucedió...

Ahí es donde te das cuenta que el culpable fuiste tu, por no querer salvarle cuando él ya te ha salvado más de una vez, pero tu orgullo te había cegado y empiezas a sollozar pidiendo otra oportunidad, cuando sabes perfectamente que ese juego se terminó, y el perdedor, fuiste TU...

Fatima Caldera