Insultar podría ser una terapía

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¿Y lo bonito que es decir gilipollas, mamón o botarate?

Si de algo puede sentirse orgulloso el español es de la amplísima ristra de palabrotas de su lengua. Sin embargo, el insulto siempre se ha visto como un signo de banalidad, de incultura. La creencia generalizada es que las personas que sueltan muchos tacos lo hacen por lo limitado de su vocabulario. Pero podría ser una señal de todo lo contrario.

Según un estudio publicado por la revista Language Sciences, las personas que más tacos sueltan tienen un vocabulario más amplio.

Los psicólogos Kristin Jay y Thimoty Jay de Massachusetts plantearon la hipótesis de si un uso amplio de palabras malsonantes podía determinar tener mejores habilidades lingüísticas. También especularon si estaba relacionado con el neuroticismo. Y decidieron llevar a cabo un curioso experimento.

En la prueba, varios jóvenes de entre 18 y 22 años tenían que decir el mayor número de palabras malsonantes en un minuto, seguido de otro minuto en el que harían lo mismo con animales.

Insultar también puede ayudar a hacernos más resistentes emocionalmente y a relajarnos en situaciones tensas.

El resultado no pudo ser más esclarecedor: las personas que más insultos soltaron también nombraron más animales. Así que, o bien es una muestra de que mientras más insultas mayor conocimiento de la zoología tienes; o que mientras más insultas mayor vocabulario tienes.

Asimismo, la pareja de Massachusetts establece dos categorías de insultos, según estos sean "apropiados" –como mierda o hijo de puta– e "inapropiados" –cuando se trata de temas raciales o de discriminación–. Y, tal y como han concluido, la mayoría de los tacos utilizados pertenecen al primer grupo, si bien en el segundo los que más aparecen tienen que ver con el sexo.

También han querido reivindicar el uso de los insultos como terapia. Según otra investigacón, esta práctica también puede ayudar a hacernos más resistentes emocionalmente y a relajarnos en situaciones tensas, por lo que creen que decir palabrotas puede ayudar a las personas que padecen problemas de neuroticismo.

En sí mismo, este estudio dice bastante poco. Pero si a esta investigación le sumas algunas anteriores que demostraron que un mayor vocabulario se relaciona con una mayor inteligencia, podría concluirse que, mientras más insultos eres capaz de decir, más listo eres.

Así que si de verdad quieres demostrar el dominio de una lengua deja de buscar adjetivos rimbombantes y ponte a soltar todos los tacos que puedas, joder.


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