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Enie hablaba con una compañera de clase cuando dos cálidos brazos rodearon su cintura y la levantaron en vilo. No pudo evitar emitir un gemido ahogado y comenzó a patalear al ver como la habitación daba vueltas.
-¡Suéltame!- chilló.
De pronto, se vio en el suelo algo tambaleante. Se giró y miró al culpable de su poca estabilidad.
- Me has dado un susto de muerte, idiota.
- ¡Oh!- suspiró él teatralmente- Tan cariñosa como siempre.
Enie se giró, se despidió de sus compañeras y comenzó a caminar hacia la salida del edificio principal sin hacerle el menor caso sabiendo que Miles la seguiría.
- Acabo de enterarme que he suspendido el examen de francés, así que, no quiero oír ninguna broma durante, por lo menos, dos semanas.
- ¿Ni tan siquiera sobre tu pelo revuelto?- preguntó él ya a su lado muy serio.
- Exacto.
- ¿Ni por tus ojos de bruja?
- Ni por mis ojos.
- ¿Ni por tu precioso trasero respingón?
Enie se paró bruscamente y lo miró desesperada.
- ¡Ni por eso ni por nada!- siseó enfadada entre dientes.
- Esta bien, está bien- respondió él levantando los brazos en son de paz.
Empezaron a caminar de nuevo y, cuando empezaron a bajar las blancas escaleras hacia el jardín, Miles no pudo evitar insistir.
- ¿Ni por tus pies pequeños?
Enie se volvió a parar en un escalón más arriba que Miles mientras observaba cómo se iba formando una cálida sonrisa en su rostro. No pudo resistir más y empezó a reírse a carcajadas.
- ¿Cómo lo haces?- le preguntó ella poco después aun sonriendo.
Miles la miró un momento y supo a qué se refería ella.
- Bueno- empezó alzando los hombros- supongo que tienes un amplio sentido
del humor.
- ¿Amplio?- preguntó ella extrañada.
- Si, eres la única en todo el campus que se ríe de mis chistes malos- contestó él tristemente.
Enie soltó una carcajada y luego dijo bajando las escaleras.
- Antes de todo quiero que sepas que lo hago por pena- y girándose hacia donde estaba él aun parado continuó- y porque me haces los trabajos de lengua.
Miles puso cara de indignación.
- Cuando te coja se te van a acabar las ganas de bromear, listilla- dijo empezando a correr detrás de ella.


TU Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora