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No cabe agregar que al entrar a la sala de la casa, mi tía nos llenó de preguntas, las cuales respondí yo ya que soy buena mintiendo, pero no es algo de lo cual me enorgullezca, odio mentirle a la gente que aprecio pero en esta ocasión hubo una excepción. Liam me obligo a salir con él en la tarde aunque le dije que tenía que terminar una tarea, lo cual no le importo, solo le interesaba tener sus helados y claro una explicación sobre lo ocurrido en la mañana.

-Bueno ya tengo mis helados y estamos sentados así que comienza a explicar.

Le comente todo con lujo de detalle y mientras terminaba de hablar pensé que Liam luego le diría a Erick, lo cual me importaba poco.

-Es decir que casi le pegas a una compañera tuya- me miro asombrado mi primo.

-Acaso no escuchaste- fruncí el seño.

-Sí, es solo que me sorprende.

-Bien ya sabes lo que paso, ahora si me disculpas voy a terminar mi tarea.

-Espera, contéstame algo primero.

-Claro.

-¿Porque tu maestro de química me miraba tan mal?

-La verdad no lo sé.

-¿Segura?

-Si- rodé los ojos- no soy adivina.

-Nos vemos en casa, primita.

-Lo mismo digo, primito.

El retorno a casa fue muy rápido, al llegar me dispuse a terminar la tarea, cuando finalice tome un libro e inicie la lectura.

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La maldita alarma me despertó más temprano de lo normal y no logre conciliar el sueño de nuevo, decidí alistarme y esperar a que el resto de la familia se levantara, cuando estuve lista se me dio por asomarme por la ventana, al frente de la casa estaba mi primo, con Erick, me escondí en ese instante, ¿qué hacía aquí?, cuando me asome de nuevo no había nadie, como si todo hubiese sido una ilusión.

-Alicia despierta, ya está el desayuno- grito mi tía haciendo que diera un pequeño salto en mi puesto.

-Ya voy tía.

Salí del cuarto y baje las escaleras, escuche voces provenientes de la sala, al asomarme divise a mis tíos, a Liam y a... Erick, en ese momento no supe que hacer, ¿me escondo?, ¿entro en la sala y actuó como si nada pasara?, ¡¡ ¿QUE TENIA QUE HACER?!!

-Alicia, cariño pasa- me llamo mi tío, entre en pánico, pero aun así obedecí.

-Supongo que ya conoces a Erick, ¿no es así?- pronuncio mi tía yo solo pude asentir y sentarme lo más lejos posible de mi hermano -escucha, tenemos que decirte algo, pero por favor deja que te expliquemos todo, no sé por dónde empezar- me miro nerviosa, luego observo a mi tío pidiéndole ayuda.

-Alicia como ya sabrás tú y Erick tienen el mismo apellido, eso se debe a que él es tu hermano- en ese momento intente lucir sorprendida, pero sé que nadie me creyó -supongo que ya lo sabias, ¿no es así?

-Es muy obvio, lo que realmente hay que preguntar es ¿Por qué siendo él mi hermano estuvo separado de mí por más de cinco años?- mire expectante a todos.

-Pues la verdad, no sabemos porque sus padres los separaron, lo importante es que se reunieron de nuevo...

-Y que jamás nos separaran otra vez, por eso te vas a mudar conmigo- interrumpió Erick a mi tío.

-No puedes hacer eso, eres menor de edad al igual que yo y aunque fueses mayor nadie te asegura que iré contigo- lo mire desafiante, no me iba a obligar a dejar a mi familia, no lo permitiría.

-Lastima, no tienes más opciones, vendré por ti en la tarde y te iras conmigo a las buenas o las malas-  Erick me observo con ira.

-Se me hace tarde para ir a la secundaria, adiós- dije con frialdad.

-Yo te llevo- se ofreció mi hermano.

-No quiero nada que venga de ti- dije sin voltear a verlo mientras salía de casa.

Al llegar al instituto estaba tan enojada que ni siquiera note que había chocado con alguien hasta que sentí el impacto.

-Fíjate por donde vas imbécil-mire furiosa a quien estaba en el suelo, pero palidecí cuando me di cuenta de con quien había tropezado, el profesor Edward me observo con sorpresa.

-Que linda forma de tratar a los profesores, Alicia- me estremecí al escuchar mi nombre salir de su boca, él no pareció notarlo.

-Lo siento mucho profesor, hoy no ha sido un buen día, por favor lo último que necesito es que llamen a mis tíos otra vez- lo mire suplicante.

-Tranquila, solo procura fijarte por donde caminas- me miro de forma divertida -supongo que va tarde a su clase señorita- dijo mientras me ayudaba a levantar, yo solo asentí apenada.

-Alicia, ¿eres tú?- hablo mi hermano.

Mierda, maldije en mi mente.

Mire a todos lados buscando donde esconderme, cuando vi el cuarto del conserje tome de la mano al maestro y lo guíe a la pequeña habitación, cuando cerré la puerta y gire para ver a Stanley, me di cuenta muy tarde de que el espacio era más reducido de lo que aparentaba. Levante mi cabeza un poco y nuestras narices se rosaron, cuando mire sus ojos estos estaban fijos en mis labios, sentí mis mejillas calientes, ¡¡te acabas de sonrojar!! , dijo una vocecilla en mi cabeza.

-¿Alicia estas hay?

Estaba comenzando a odiar Erick, intente separarme lo más posible de Edward y me dispuse a esperar que mi hermano se fuera, cuando escuché sus pasos alejarse intente abrir la puerta, pero esta no abría, entonces me gire y observe al profesor, quien se encontraba muy cerca.

-L-la puerta no quiere abrir- lo observe nerviosa.

Stanley intento derribarla, cuando se dio cuenta de que esta no cedía dijo.

-Creo que nos tocara esperar a que el conserje llegue.

Lo mire preocupada, el conserje solo venia en las tardes.

Camino a la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora