Amelie.

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-hum....- refunfuñe mientras me tapaba con la sabana, ya que Mary abrió las cortinas de mi habitación y los rayos del sol me daban directo.

-Anabel, ya es tiempo de levantarse, Amelie te quiere ver, esta abajo y e hecho todo lo posible para que no entrase....- no deje que terminara puesto que me levante de golpe de la cama, como es que Amelie estaba en casa, ¡ella nunca esta aquí!.

-¡¡Mary!!, ¡¡¿por que ella esta aquí?!!- le digo mientras camino de un lado a otro de la habitación.

-bueno déjeme decirle que ella es tu tía y que es la dueña de esta casa... por no decir que tu tutora- dijo con un sonrisilla de sabionda en su rostro.

-eso ya lo se- murmuro, me dirijo a mi armario y obviamente no hay nada, ¡rayos!, se me olvido que hace 2 años que me mude, Mary toca mi izquierdo levemente, me vuelvo a verla y me doy cuenta que sostiene unos tejanos y una blusa manga corta de color blanco, así como unos converse negros tipo bota.

-Eres mi salvadora Mary- digo mientras tomo la ropa que me tiende y me dirijo al baño.

-Su tía la estará esperando en su oficina- me dice Mary desde el otro lado de la puerta del baño.

-Esta bien- respondo mientras me desvisto y entro en la ducha.

Unos 10 minutos después, me encuentro frente a la oficina de Amelie, no se si entrar o no, la verdad es que desde hace 2 años no he tenido una conversación con Amelie, no desde aquel dia.

Suspiro pesadamente y toco levemente la puerta tres vece, sin esperar una respuesta entro y ahí esta Amelie.

Una mujer de 30 y fracción de tez blanca cabello negro lacio largo, ojos un poco rasgados de color miel y de tez un poco bronceada, vestía como siempre suele hacerlo, blusa formal de algún color vivo o pastel y falda tubo negra y zapatos altos.

Ella se encontraba leyendo, detenidamente, un papel.

Carraspeo un poco, rápidamente levanta su vista de la hoja y me mira de arriba a bajo.

Sin darme tiempo a reaccionar, y mas rápida que una exhalación Amelie ya me estaba abrazando fuertemente, esta es una de las razones por las que rehúyo el visitarla, su extrema dependencia a invadir el espacio personal de las personas.

-Cuanto te extrañe querida Anabel, no sabes lo preocupada que me tenias en todo este tiempo te has rehusado a contestar mis llamadas y tampoco asistes a los eventos formales que he organizado en nuestra humilde morada- dice mientras se separa de mi y, no se como ni de donde saca un pañuelo y se lo lleva a sus ojos, haciendo el característico movimiento dramático de secarse las lagrimas.

En este punto ya me encontraba exasperada, no me gusta del todo el dramatismo, inconscientemente me pregunto como es que tengo por amiga a alguien como Alexa quien es toda una Drama Queen. Supongo que aplica, los opuestos se atraen, ¿no?.

-¿Para qué querías verme?- digo mientras me siento en uno de los sillones individuales de terciopelo predispuestos en la oficina.

Amelie deja de "fingir" mas bien "dramatizar" y se sienta tomándose su calma al otro lado del escritorio.

Ella junta las puntas de sus dedos y apoyo su mentón sobre los mismos- ¿sabes algo acerca de Edelle Corman?- me pregunta tras tomarse unos cuantos minutos para formular bien lo que iba a preguntar.

No puedo evitar que un escalofrió me recorra todo el cuerpo cuando la menciona, aunque no se el por qué de mi reacción ya que Edelle es alguien reconocida por así decirlo, se le conoce principalmente por ser la esposa viuda de uno de los políticos que, en tiempos de antaño, era famoso y reconocido, además era reconocida por ser una mujer de gran estatus social, además como una gran contribuidora en donaciones para la caridad.

Espía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora