1. El comienzo.

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Gerson.

Suelto un gemido de satisfacción al sentir como el enorme y grueso nudo queme ataba salía dentro de mí, dando por finalizada la unión que duró casi unahora completa. El caliente y palpitante miembro del Comandante Allen Evansabandona mi interior, acompañado de buena parte de su fluido blancoexpulsado durante el orgasmo que tuvimos simultáneamente sintiendo comovarios chorros de su cálido líquido salen de mi entrada. Otro gemido desatisfacción escapa de mis fauces sin querer, provocando que Allen sonriera aloírme; acaricia mi trasero con delicadeza mientras que con la otra manomantiene en alto mi peluda cola para que no le estorbe en la labor que lleva acabo. Clava suavemente las garras en mi nalga derecha, asestándome unanalgada, dejo salir un gañido, fingiendo un dolor que no siento en estemomento, que rápidamente se transforma en jadeos de placer al sentir comotres de sus dedos exploran mi interior; saco la lengua sin poder evitarlo,sorprendiéndome que aun siento placer después de haber llegado al orgasmominutos antes. 

— Ven, lobito —dice, sustrayendo sus dedos de mi interior; giro ciento ochentagrados al notar como Allen libera mi cola, comienzo a menearla de un lado aotro, sabiendo qué es lo que va a hacer—. Toma, traga —extiende su mano ami hocico y yo comienzo a lamerle los dedos con avidez, saboreando sudeliciosa leche calientita—. Buen chico. 

Nos encontramos en la habitación privada de Allen, que sólo son otorgadas alos que alcanzan el grado de Comandante. Es un lugar muy espacioso y bienamueblado, con todos los aparatos necesarios para llevar una vida cómoda ysin imprevistos; se nota que el Alto Mando no escatimó en gastos e incluyóobjetos innecesarios, pero no se puede hacer nada al respecto. Aunque estotiene sus beneficios, la cama es muchísimo más suave y mullida que la mía, ymi habitación no es ni la mitad de grande que la de Allen. Él sabe que meencanta su habitación y por eso siempre me invita a ir. 

Allen Evans y yo nos conocimos hace 7 años, cuando ambos ingresamos a lasfuerzas armadas de Volga, conectamos de inmediato y desde la primera vezque lo vi, supe que tendríamos algo especial. He estado enamorado de éldesde que cruzó una palabra conmigo, pero me confesó que no le gustan ni losmachos ni las hembras, sin embargo, se siente atraído hacia mí de cierta manera y, gracias a ello, hemos tenido sexo frecuentemente. Es preferible estoa que no suceda nada entre los dos. 

Las habitaciones privadas de los Oficiales del Ejército Nacional estánseparadas a diez metros de distancia de las barracas donde se encuentran losdemás soldados, Cabos y Sargentos. Esta base militar es inmensa,extendiéndose a cientos de kilómetros a la redonda, abarcando una cuartaparte de la ciudad de Volga. La ciudad posee más de cinco millones dehabitantes, lo que ha provocado que su economía se fortaleciera con el pasodel tiempo, incrementando así su número de rascacielos que inundan lametrópoli, por lo que la gente de Hannover emigró a Volga para encontrar unamejor calidad de vida, dando como resultado un masivo intercambio cultural,incrementando los distintos conocimientos ya establecidos y otorgándoles deuna variedad inmensa de técnicas; todo este intercambio afectó, para bien, lagastronomía del lugar, ampliando su ya de por sí gran diversidad de platillos,también se generaron miles de empleos con buenos salarios para lostrabajadores. 

Veo como Allen se levanta del colchón y toma su bóxer para vestirse. Allen esun enorme lobo musculoso de pelaje azul oscuro, a excepción de las partesinteriores de sus brazos y piernas, así como las partes internas de ambasorejas, y parte de su cara, además de todo el torso y su entrepierna, que soncompletamente blancas; sus ojos de color ámbar siempre me han cautivadocuando poso mi mirada en ellos. Yo soy un lobo completamente blanco de ojoscolor verde esmeralda, y ni tan musculoso como Allen pero me defiendo,tampoco soy tan débil. El lobo azul terminó de vestirse con el bóxer negro quetomó del suelo, cuando una estridente alarma resuena por toda la base militar.

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