CAPITULO XVIII

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Estaba aburrido en mi oficina, y no podía evitar pensar en todo lo que había pasado la semana pasada cuando el Sr.Onodera nos encontró a Takano y a mí en la movida con sus pequeños hijos, aunque aun había cosas que no entendía, que rayos había querido decir con que mi oso terminara... terminara ¿qué? Su tarea, su comida, el trabajo o terminara nuestra sesión de sexo, no, no,  no creo que su padre pensara lo último ¿o sí?; No creo, ya que el único que quería terminar eso sería yo, hablando de eso no eh visto a mi futuro esposo, "Esposo" eso sonaba tan perfecto, y no lo podía ver porque su papa no lo dejaba salir.
De verdad estaba aburrido sique decidí mejor ir a casa y esperar a hiyo regresara de la escuela.

— ¿A dónde vas zen?

— A casa.— respondí sencillamente.

— No puedes aún tienes trabajo.

— Pero no significa que tenga que hacerlo así que me voy... chao, me saludas a la familia.

—hmmm está bien, pero antes de que te marches ten, llego una carta como hace una semana y creo que es...

—sí, si dame ese sobre, ahora si me voy.

Sí que había sido una semana cansada y al parecer mi padre sabia sobre aquello, y siendo sincero aun no me sentía preparado para decírselo, tal vez se lo hubiera dicho antes de saber que Zen era el dichoso prometido, aunque ya habíamos arreglado e...

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Sí que había sido una semana cansada y al parecer mi padre sabia sobre aquello, y siendo sincero aun no me sentía preparado para decírselo, tal vez se lo hubiera dicho antes de saber que Zen era el dichoso prometido, aunque ya habíamos arreglado eso después de la discusión que tuvimos, aunque aún seguía dudando y no quería que me saliera con otra de sus sorprecitas así que aún no se lo diría.

Ya había salido de trabajar así que me dirigía a casa,  eran las seis de la tarde y apenas iba subiendo el ascensor del edificio, cuando llegue al piso correspondiente, salí del elevador y lo único que sentí como alguien me abrazaba sorpresivamente al parecer era zen.

— Yoko-chan, te extrañe.

Al parecer no era zen por la voz, pero si no era él ¿quien era?, estaba tan sumergido en mi mente pensando de quien podría tratarse, que no note que me estaban besando hasta que sentí su lengua..., cuando se separó de mi fue cuando pude ver de quien era, era castaño con su cabello algo alborotado tipo lacio y con unos ojos lilas, lilas...

— Al..alberto?¨

—jejej valla yoko-chan perece que no me recordabas y esos es triste— dijo dramáticamente.

— No es eso, solo que no me esperaba este tipo de reencuentro y menos a ti aquí en Japón creí que seguirías en Estados Unidos estudiando con tu primo.

—Si pero hace mucho que termine mis estudios y te entrañaba mucho mi lindo yoko-chan

—Si pero hace mucho que termine mis estudios y te entrañaba mucho mi lindo yoko-chan

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Al fin te encontré ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora