Reencuentro

El principio

-Mira quién viene ahí- señala Mía hacia los pasillos de la escuela.

-Shhh, te pueden ver- la regaño de inmediato.

-¡Hablale! Nunca se dará que existes si no le hablas- dice elevando sus manos a las caderad- Y es en serio Bella. ¡Te gusta, y no lograrás nada con este comportamiento!-

-Mía, amiga del alma- hago como si estuviera llorando- El tiene quince y nosotras sólo doce ¿Cómo se interesaría en alguien como yo?-

-¡Fácil! Primero que todo tienes que hablarle- me empuja en dirección de él.

-Tranquila, con el tiempo lo lograré- digo con una sonrisa en la cara.

Me presento. Mi nombre es Bella Jone y en estos momentos tengo doce años. Estoy completamente enamorada de Dylan Johnson, un chico popular en la escuela siempre rodeado de mujeres y admiradoras. Aunque el ni siquiera sepa que existo, se que algún día lograré hablarle, aunque pasen cinco años para eso.

Entramos a la cafetería de la escuela con mi mejor amiga Mía. Nos sentamos en la mesa de siempre, ni muy lejos, ni muy cerca de la mesa de Dylan.

Todo bien cuando Mía hace esa irritante pregunta:

-Bella, pero... ¿Qué es lo que te gusta de él?-

-Mía ya te lo he dicho-

-¡Repitemelo! Aún no entiendo-

Pongo los ojos en blanco, pero empiezo a explicarle (otra vez)

-Primero que todo, son esos colores de ojos. Son de un café intenso pero intensamente claros, como la miel-

-Sigue, te escucho- me dice Mía.

-Bueno, también su sonrisa. Tiene una personalidad muy extravagante y divertida-

-No es muy diferente a la tuya-

-Lo sé, pero el aprovecha eso-

Una cara de no tener amigos se me nota en ese momento. Era la verdad. Yo era como el, pero no lo aprovechaba para ser como el.

-Ya comenzaste con eso- Mía rueda los ojos- ¡Mírate Bella! Tienes los ojos color cafés muy claro y un pelo largo y castaño como el caramelo. Eres hermosa Bella-

Siento como el rubor se sube a mis mejillas. Creo que lo hace con querer... la malvada.

-No exageres-

-Es la verdad Bella, y si lo notas, tendrás la confianza para hablar con el-

-Eso espero-

《♡》

Voy corriendo por los pasillos para llegar temprano a casa. Mi madre me pidió ayuda para no se que. Llevo demasiados libros en el brazo como para que en un descuido se me valla todo al suelo.

-Permiso, disculpenme...- voy diciendo a medida que llego a la salida.

Cuando un cuerpo sale de una sala de la nada y me hace chocar contra esa persona haciendo que me caiga y bote todos mis libros.

-Ten más cuidado hijo de...- no termino de decir la frase cuando miro hacia la persona. Era Dylan, el mismísimo Dylan de la que estoy enamorada- Lo siento, no pensé que era tú- digo sonrojandome.

-No te preocupes, ambos fuimos los que no se fijaron- dice ofreciedome la mano para levantarme.

-Gracias- le respondo al gesto tan educado.

Aliro empiezo a recoger mis libros para salir corriendo de allí.

-Déjame ayudarte-

-No es necesario, sigue con lo tuyo- me pongo un mechón de pelo atrás de la oreja.

-No digas eso. Venga, te ayudo- así empezó a hacer lo mismo que yo.

Esto era muy cliché. Estar con el, en estos momentos... ¡Me pone feliz! Estas cosas normalmente pasan en las películas solamente.

-Muchas gracias-

-No es nada, y tu... ¿Cómo te llamas?- Oh por Dios.

¡Bella, te preguntó como te llamas, respondele!

-Bella, me llamo Bella Jone-

-Un gusto Bella, yo soy...-

-Dylan. Si lo se- no puede ser lo que acabo de decir- ¡Digo! Todos hablan de ti en la escuela. Imposible no conocerte-

¡Uuff! Cállate conciencia.

-Bueno Bella, yo te dejo. Me tengo que ir a las prácticas del club-

-Si claro. No hay problema-

-Espero volver a verte-

-Lo mismo digo, Dylan-

Veo cómo se va de los pasillos hacia las practicas corriendo. Tengo que decirle esto a Mía. Le va a encantar.

Te amo, Dylan Johnson.