Hablemos sobre monstruos
Las páginas del libro que usted tiene entre manos tratan, generalmente, sobre monstruos. No hay muchas vueltas para darle al asunto y es bueno comenzar llamando a las cosas por su nombre, pues el camino de aquí en adelante será largo y pedregoso.
Dice el diccionario que monstruo es todo aquello que sea "único en su especie"; es decir, lo que se escapa de lo normal para volverse extraño. El tema, claro, es digno de discusión desde hace miles de años, es que hay pocas cuestiones tan maleables y subjetivas como la de dicotomía normalidad / monstruosidad. En la Biblia, por ejemplo, se explica que el diablo —lo monstruoso por antonomasia— es plural: "Mi nombre es Legión" asegura, y en una sola frase se desnuda la múltiple naturaleza del mal.
Único y plural. Eso, entonces, es un monstruo.
Los monstruos que habitan este libro, de acuerdo con los conceptos ya vertidos —el del diccionario y el de la Biblia— son únicos en su especie y múltiples: no encontraremos uno igual al siguiente, pero habrá muchos.
Cada uno ha hecho, de su monstruosidad, su marca distintiva.1. Lᴜᴄᴀs, 8, 30.
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Mentes criminales (Luciano Saracino)
HorrorEste libro trata sobre monstruos. No hay manera más concreta de expresarlo. Claro que este libro trata, en realidad, sobre hombres y mujeres. Asesinos, vampiros, licántropos, caníbales, ladrones, necrófilos, megalómanos, vivillos, psicópatas y demás...