Ball, Joseph - Eʟ ʜᴏᴍʙʀᴇ ᴄᴏᴄᴏᴅʀɪʟᴏ

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Nació en 1896 en Texas, en el seno de una familia que, gracias a los negocios con el algodón —los que habían sido beneficiados a su vez por la llegada del ferrocarril— gozaba de una fortuna considerable. De carácter retraído, solía pasarse todo el día pescando o practicando el tiro al blanco; en este último rubro, llegó a ser un experto. Luego de haberse alistado en el ejército, pasó dos años en el frente de batalla y regresó a su pueblo en 1919.
Durante la "Ley seca" (momento en el que, si uno era norteamericano, debía arreglárselas para comprar alcohol ilegalmente o practicar la abstinencia), recorría la región en su Ford A vendiendo whisky de manera clandestina. Cuando este periodo de veda terminó, puso una cantina en la que construyó una especie de lago artificial con cinco caimanes vivos que oficiaban de atracción. En cada ''espectáculo'', cobraba entrada para que la gente pudiera ver a un mapache, a un gato o a un perro luchando por escapar de aquellas fauces hambrientas. Otra de las atracciones de la taberna estaba constituida por las meseras, siempre jóvenes y hermosas, que no duraban mucho tiempo en el trabajo y que prontamente le daban al lugar un toque de promiscuidad que tanta falta hacía en tiempos difíciles como aquellos. A pesar de que Joe se relacionaba con una joven de 22 años que trabajaba en el local, los comentarios abonaban una versión según la que, en realidad, Joe se acostaba con casi todas las camareras. Sin embargo, la muchacha de 22 en cuestión abandonó el pueblo, por lo que el dueño se despachó (sexualmente hablando, claro) con todas durante el tiempo que ellas trabajaban en el lugar.
Nunca nadie volvió a ver a las muchachas con vida.
La verdad, tratándose de un libro como este, es bastante obvia: Joe había matado de un tiro en la cabeza a su primera novia (La de 22) y la había enterrado en la playa. A las camareras que aparentemente desaparecían del pueblo, se las daba de comer (luego de matarlas a hachazos) a los caimanes.
Cuando la policía dio con su pista, en 1938, Joe se quitó la vida con un disparo en el pecho.
Los caimanes, en tanto, fueron trasladados al zoológico de San Antonio.



Mentes criminales (Luciano Saracino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora