28. Una vez más | [2/3]

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Esta es la segunda parte de la maratón de tres capítulos, espero lo disfruten tanto como yo.

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—Su nombre era... —intentó recordar el administrador del museo.

—Brooklyn West —le ayudó su asistente que permanecía de pie junto a él.

Era muy obvio.

Me ganó.

¿Qué siente, Fred? ¿Te duele?

No me jodas ahora, debo descubrir quién es ese tipo.

—Sí, claro, la señorita West vino hace un tiempo con unas fotos tuyas —el señor sacó de la carpeta las fotos y me las entregó—. Espero que la carta que ella buscaba te haya ayudado.

—¿De qué carta está hablando? —pregunté levantando la miranda dejando de ver las fotos que yo había tomado meses atrás.

Debes estarle muy agradecido después de todo.

Claro que sí, por ella pude estudiar. 

Dylan, ¿están hablando del futuro? 

—¿Estos jóvenes de ahora ya no se comunican? —lanzó—. La carta de recomendación para tu ingreso a la universidad, se la entregué hace unas semanas. Espero que te acepten luego de eso, tienes un gran potencial, Dylan.

Después de esas palabras solo podía pensar en lo que Brooke había hecho. Ella se había tomado el tiempo de ir personalmente a pedir la carta de recomendación que necesitaba para la NYU. Yo se lo había mencionado una vez cuando le comenté que me interesaba estudiar fotografía en el alma mater de mi papá; sin embargo, nunca se me había cruzado por la mente que ella fuera capaz de hacer eso. Sobre todo luego de que yo había sido el peor amigo del mundo por no reconocerla.

La reunión terminó un tiempo después, solo tuve que firmar algunos papeles para que siguieran exponiendo el trabajo de mi papá y el mío. Realmente salí aún más pensativo del lugar.

—¿Qué pasó? ¿Por qué demoraron tanto? —preguntó la pequeña Summer quien parecía haberse quedado dormida por las fachas que llevaba.

—¿No crees que es hora de un baño? —le dije y ella solo hizo una rabieta para que su mamá le pusiera atención. Aunque ella estaba más concentrada en hablar con su esposo antes de partir a quién sabe dónde.

Sí, es igual a Savannah.

¿Otra vez con eso? ¿Quién carajos es Savannah? 

—Bueno, Dylan, creo que no olvidamos hacer nada más, quedas libre de papeleo al menos hasta que nos lleguen respuestas del abogado —dijo al tía Lucy en cuanto el "bus" arrancó.

—¿Eso significa...

Que volverás a casa de Amanda, con los mellizos Griceldo y Anastasia.

—No sé... Depende de ti sí te quieres quedar con nosotros por un tiempo —respondió mi tía.

—Creo que luego de las fiestas podré arreglármelas solo. Ustedes tienen otros asuntos que atender —pregunté.

Hacía unos días me había despertado por la madrugada para ir al baño y pude ver a mis tíos todavía levantados. Hice lo mismo los días siguientes y ellos siempre estaban concentrados en sus computadoras. Yo sabía que ellos trabajaban en diversas empresas alrededor del país por lo que el viajar a todas partes se les acomodaba a sus agendas y el quedarse conmigo para ayudarme podía estar malogrando los planes que tenían.

Como si fuera Cenicienta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora