Reflexiones

Reflexión 2

            A veces la gente se va, no es nada personal es solo que se van. Siempre que se va un ser querido duele, y menos mal que lo hace porque el dolor es un sentimiento noble que aparece como respuesta al valorar algo de verdad.

A veces la gente se va y no pasa nada, es normal sentir miedo, pero más valiente es aceptarlo. Aceptar que quizá esa persona lo necesita, que vuestros caminos hoy se han de separar, que ser abandonado no es lo peor que me puede pasar, porque no me puede pasar nada mejor que aprender a decir "Adiós". No solo por mí, también por ese ser que se va y que, probablemente cuando lo haga, lo hará pensando en mí, así que qué mejor que demostrarle que puede estar tranquilo.

A veces la gente se va, pero vuelve mañana, solo que no sabemos cuándo llegará ese mañana o si llegará. Por eso no dedicaré mis pensamientos a futuros inciertos, porque ellos deben estar conmigo aquí y ahora, y lo que sea que tenga que ocurrir ya pasará si ha de hacerlo.

A veces la gente se va y no es ninguna calamidad, sencillamente se ha ido, para bien o para mal lo ha hecho, yo mismo podría hacerlo otro día ¿y sabes qué? Jamás sería por algo cruel (espero que nunca lo sea) y probablemente tampoco lo sea por su parte. Si él/ella lo ha hecho, ¿qué mejor que sonreírle, darle las gracias por lo vivido y alegrarte porque sigue su camino para ser feliz? Así que de ningún modo hacer feliz a alguien que amas, pese a mi propio ego, será motivo de hundimiento, sino de orgullo.

A veces la gente se va y cuando lo hacen suelo llorar, me parece una forma bonita de honrarles, porque mientras un ojo llora por el dolor, el miedo y la pérdida, el otro lo hace por los recuerdos gratos, las experiencias vividas juntos, las sonrisas compartidas, por las gracias, por la felicidad y el futuro por venir, por encontrarte. No se llora por quien no nos importa.

A veces la gente se va y es bueno saberlo, porque es ley de vida. Nada dura para siempre. Y ésta es la falsedad más cierta jamás contada, porque nada dura el suficiente tiempo como el instante que se vuelve eterno entre dos personas.

A veces la gente se va, porque ya llegó la hora e, independientemente de lo que nos depare el futuro, hay cosas que siempre serán eternas y quedarán latentes en la existencia. Así que no, si me abandonan, seguiré adelante.