Solo quería escapar de mi monótona vida, estaba harta de repetir maquinalmente el mismo proceso todos los días, despertar, observar las paredes de mi habitación, levantarme, ir al baño, desayunar, ordenar la casa, y perder el tiempo hasta que llegara nuevamente la noche para volver a mis sueños que eran el único modo de escapar a la rutina ya que estos siempre variaban enormemente, jamás soñaba el mismo escenario pero si de vez en cuando a la misma persona, lo cual me intrigaba demasiado.
En los sueños que me dejaban tan intrigada, siempre soñaba a la misma persona, al principio no podía verle la cara, solo distinguía su silueta y su cabello y un par de años después pude verlo claramente; un chico moreno claro, cabello largo, lacio de color negro, ojos enormes y oscuros, no muy alto, diría unos 178 cm y con una expresión de pánico que me dolía y asustaba demasiado porque no sabia la razón de su angustia, lo que provocaba que me despertara preocupada y a veces con un par de lagrimas asomándose por el borde de mis ojos. Parecía que tenia algo que decirme, pero le era imposible ya que siempre trataba de articular algo pero nunca lo conseguía y el sueño se desvanecía, con el paso del tiempo, su angustia parecía calmarse y a veces su rostro estaba relajado, tanto que me dirigía una mirada enigmática y tan llena de adoración que instantáneamente sentía como la sangre en mis venas aceleraba su loca carrera hinchando mi corazón de... ¿amor?, no lo sabia pero si entendía que verlo en mis sueños dirigiéndome esa mirada me dejaba una sensación de tranquilidad y llenaba ese hueco que siempre sentía en mi ser, cosa que nada ni nadie había logrado anteriormente y que con la muerte de mi padre había aumentado de tamaño y permanencia.
Dejando a un lado esos sueños, mi día a día era tan mortalmente tedioso porque prácticamente no tenia nada que hacer, la enfermedad de mi padre que lo fue degradando hasta matarlo había venido a dejar de la misma manera nuestras vidas, El negocio familiar se había ido a la quiebra debido a los enormes gastos que los tratamientos de mi padre nos generaban y los 7 años que tuvimos que solventarlos de cualquier manera. una vez desaparecido todo eso, no hubo nada que hacer, ya que yo había dejado la escuela para poder atender el negocio las 24 horas y mi mama se había dedicado a cuidar completamente de mi padre que todo ese tiempo estuvo internado en el hospital, la escuela era llevadera al principio ya que yo tenia catorce años y cursaba el segundo año de secundaria, a esa edad tuve que tomar forzosamente el control del negocio, ya que mis hermanos mayores (ambos varones) vivían en E.U y solo el teléfono nos ponía en contacto, obviamente ellos ayudaban con los gastos que al principio no eran muy altos porque mi padre se estabilizaba por temporadas y no tenia que permanecer en el hospital así que todo era mas llevadero, así fue como le dije adiós a la inmadurez de la adolescencia y tome responsabilidad de nuestra pequeña empresa de la cual también dependían varias familias porque teníamos una decena de trabajadores y una producción que nunca se detenía y exigía responsabilidad absoluta, no me fue muy difícil porque crecí en el negocio, viendo cada uno de los procesos que pasaban las papas; a eso nos dedicábamos, cultivar, cosechar, transportar, lavar, pintar y finalmente vender papas al mayoreo a nuestros clientes que en su mayoría la revendían al menudeo, otro tanto se dedicaba a la industria restaurantera y por ultimo los que nos compraban la semilla para también cultivarla todos los clientes me conocían desde niña y confiaban en mi, el problema estaba en los nuevos clientes, ya que al principio cuando veían que tenían que tratar con una mocosa se mostraban recelosos con nuestro producto, pero después de mostrarles mi manera de negociar y la calidad de nuestro producto desaparecía toda hostilidad y todo volvía a marchar viento en popa.
termine la secundaria y comencé el bachillerato en la escuela a la que siempre me hacia ilusión asistir desde niña, era un tanto difícil el examen de ingreso pero lo logre y quede oficialmente de alumna en el turno vespertino lo cual me encantaba porque aparte de odiar las mañanas, tenia que atender el negocio desde temprano y este horario me permitía estar al tanto de ambos. escuela y negocio.