reviviendo

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Hola! hace mucho que no te veía- una voz infantil me saco de mis cuentas y registros, levante la mirada y comprobé quien era su dueño, así es, se trataba del mismo infante que me había traído dulces la ultima vez -hola, cuanto tiempo sin verte!, que haces por aquí?- le pregunto contestando a su sarcasmo puesto que diario nos veíamos, me sonríe alegremente y enseguida rebusca en su canasta, finalmente da con su objetivo y me lo entrega, se trata de mas dulces y parece que la cantidad ha aumentado considerablemente.- seguro que no te quedaras en la quiebra?- pregunto a modo juguetón, el me mira sonriente y dice triunfante- claro que no, ya están pagados- sonrió interrogante y supongo su futura respuesta pero aun así me aventuro- ¿esta vez si me dirás quien me los manda?- negación total por parte de su cabecita. La misma respuesta obtenían mis interrogantes cada vez que las formulaba, ya se había repetido esta escena unas 5 semanas y comenzaba a perder la esperanza de conocer al autor de estos dulces recados, al principio no le di mucha importancia debido a mi carencia de tiempo pero la presencia diaria del infante se encargaba de recordarmelo y así poco a poco se logro colar a mis pensamientos la curiosidad por conocer el origen de toda esta intrigante situación a la cual se le habían sumado rosas cada fin de semana y creo que el momento había llegado; tenia que averiguar quien era el autor intelectual de todo este jueguito. el problema era que el niño jamas cedería puesto que ya había planteado su firme fidelidad, por lo tanto lo que tenia que hacer era seguir fingiendo resignación y disposición a recibir diariamente los presentes de su protector.-y a todo esto... ¿como te llamas pequeño? jamas me has dicho tu nombre y siempre que me dispongo a preguntártelo, te esfumas y no te vuelvo a ver hasta el siguiente día--se sorprende un poco y luego parece percatarse de que nunca nos presentamos-- es verdad, me llamo esteban, ¿y tu?- puedo percibir la ansiedad de su voz y las ansias con las que espera mi respuesta-Sofia, me llamo Sofia, es un placer esteban--nos damos la mano y ambos sonreímos ante la divertida formalidad que le damos a nuestra presentación-¿ y cuantos años tienes pequeño?--tengo ocho años señorita--es tan tierno cuando su mirada se dirige hacia mi desde un angulo bajo que, sus enormes ojos simulan a los de un cachorro, intuyo que no va a la escuela puesto que siempre me visita en horarios mixtos, a los que ninguna escuela se podría acatar, desgraciadamente esteban no es el único pequeño que se dedica a vender y trabajar en lugar de estudiar y jugar, como el hay muchos mas y me temo que su situación familiar no estará mucho mejor, le ahorro la incomodidad de cuestionarlo acerca de algo que por anticipado conozco la respuesta y que cobardemente prefiero ignorar porque al saberlo me sentiría frustrada en no poderlo ayudar como es debido dada mi situación de adolescente en vías de desarrollo; bastan las preocupaciones que tengo entre el negocio y la salud deficiente de mi padre.

vaya! así que tienes ocho años- finjo sorpresa y me sonríe con un aire de grandeza- ya casi cumplo los nueve, pronto seré mayor- al tiempo que contesta parece que se hinchara mas su pequeño pecho por el orgullo con el que acompaña su frase, cuan inocente es la infancia que nos hace anhelar ser adultos cuanto antes.-seguro que si amigo, pronto serás todo un hombre, fuerte, alto y guapo por supuesto-parece que le agrada mi comentario puesto que me regala una sonrisa de oreja a oreja- ¿crees que seré muy alto?- me interroga con ansiedad y se acerca mas- claro que si, ya eres bastante alto, yo creí que tenias unos diez años u once-se emociona tanto que se pone en puntillas y me muestra cuan alto se vería, yo rio a carcajadas por tan divertida escena- espero crecer pronto, quisiera ser tan alto como el patrón Fernando, el si que es alto y fuerte, carga varias cajas de frutas a la vez y no le cuesta ningún esfuerzo- al tiempo que hace esta descripción se fija en unas cajas de papas que están cerca  corre hacia ellas, al parecer quiere intentar cargar una, yo sonrío expectante sabiendo como terminara la escena pero decido limitarme a mirar-estoy seguro que podre cargar estas papas señorita-toma una por los lados y hace el intento de cargarla sin conseguirlo-no, aun no la aguanto- parece desalentado y agacha la mirada pero enseguida noto que recuerda algo y recupera el brío anterior al intento fallido de cargar la caja- mi patrón Fernando podría cargar esta y otras 10 cajas mas con facilidad- dice esto con mucho orgullo al tiempo que se sacude las manos y regresa a mi lado- ah si? vaya, pues parece que tu patrón es una persona muy fuerte, pero no creo que exista una persona que sea capaz de cargar tantas cajas a la vez- lo contradigo, me gusta provocar su ira infantil puesto que es la única forma de sonsacarle datos acerca de ese patrón suyo que tanto peca de incognito- pues se equivoca señorita porque mi patrón Fernando es capaz de cargar eso y mas, solo basta con que lo conozca para que se convenza-

QUERERTE... IBA A DOLERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora