Capítulo 13.

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Violet

Luego de lo que paso con mi madre y de llorar como por dos horas decidí estar un rato con la computadora para despejarme un poco, ver series o algo. Después de ver varios capítulos de una serie que encontré -que es bastante graciosa- iba a levantarme para cepillarme los dientes pero choque con la mesita de noche y el lapicero cayo y junto con el los lapices que contenía. Me maldije mentalmente por ser tan tonta y cuando los estaba recogiendo tome en mis manos la trincheta que allí había y me la quede observando como si fuera la cosa mas preciada, empece a jugar con ella y me corté. Pero no sentí dolor, por el contrario una sensación muy placentera me recorrió hasta la punta de los pies, era una sensación rara pero excitante a la vez. Así que me provoque otro corte, y luego otro y así, la verdad es que eso siempre me había parecido bastante estúpido al igual que las personas que se auto-dañaban pero nunca me habría imaginado lo bien que se sentía, supongo que ahora lo entiendo.

Ahora entiendo que si lo hacían para tratar de alivianar el dolor, y la verdad es que funciona. O al menos para mi.

A la mañana siguiente me desperté con un fuerte dolor de cabeza, y la verdad no tengo idea de porque sea. Me levante de la cama y me dirigí al baño para darme una ducha y de paso despertarme mejor y ver si se me pasaba un poco la jaqueca. Cuando me termine de de duchar me envolví en una toalla y salí a mi habitación me puse unos jeans color azul marino una remera básica y una camisa a cuadros rojos y blancos que siempre amé. Bajé a la cocina sin intenciones de comer, pero sabia que por mas enojada decepcionada, etc. que mi madre estuviera ella haría la comida puesto que no quería que estuviera mas delgada porque sino la gente empezaría a hablar y ella quería mantener las apariencias. Y debo admitir que este era uno de los momentos mas incómodos que teníamos que compartir cuando estábamos así, porque nos sumíamos en un incomodo silencio y yo observaba la comida como si esta fuera a decirme algo. y cuando ella acababa de comer se levantaba y yo también, lavaba mi plato, mis utensilios, mi vaso y me iba. Todo esto en total silencio.

Después de ese almuerzo envuelto de un incomodo silencio entre mi madre y yo -puesto que mi padre no había venido a almorzar hoy- subí a mi habitación, tome mi mochila y mi portátil, baje y salí de la casa. Sabia que estaba saliendo mucho mas temprano de lo habitual pero no me importaba, todo con tal de no estar bajo el mismo techo con mi madre, y bueno así tendría mas tiempo de caminar y observar bien el paisaje. La verdad es que París es una ciudad muy hermosa y seria el sueño de cualquier persona con una vida feliz conocerla. Claro que es lo que yo no tengo, una vida feliz.

Al llegar al colegio nada mejoro, el director me había mandado a llamar y me dijo que estaba a punto de ser expulsada por atacar a una de sus mejores alumnas, así es, a una de sus MEJORES alumnas me dijo el canalla ese. Como si Melissa siquiera supiera en que año fue la segunda guerra mundial, a esa chica la tintura de cabello le termino de matar las pocas neuronas que tenia, si es que tenia claro. Después de eso ya ni Ethan me hablaba, al parecer Melissa se encargo de decirle a todos que yo la ataque porque estaba celosa de que ella se hubiera quedado con Marcos y esta vez hasta el tonto de Ethan le creyó. ¿¡Es que los cerebros de todos estaba dejando de funcionar o que!?

Cuando por fin sonó el timbre de salida tome mis cosas y salí del colegio, claro no sin antes recibir burlas de parte de las amigas de Melissa. Iba caminando por la acera mientras observaba como oscurecía y como las ramas de los arboles se movían de un lado a otro a causa de las ráfagas de viento que soplaban y, al parecer yo era la única caminando por allí, empece a apresurar un poco mi paso cuando sentí la presencia de alguien detrás de mi. Es cierto que siempre me gustaron los retos, la adrenalina, el terror y demás pero en este momento me sentía incomoda. Todavía me faltaban al rededor de cinco manzanas para llegar a mi casa y ya no solo sentía la presencia de alguien sino que ahora escuchaba sus pasos. Sentí un leve escalofrío recorrer todo mi cuerpo cuando empece a escuchar sus pisadas.A medida que apuraba el paso lo sentía mas cerca, hasta que de repente seso. Y cuando pensé que ya no había nada algo que tomo con fuerza por la cintura y sin darme tiempo a gritar me tapo la boca con una de sus manos.

- Dame tus cosas y no te haré daño – susurro suavemente en mi oído, pero yo no podía hacerlo. Allí estaban todas mis tareas, mi móvil, mis auriculares y hasta mi portátil, tenia demasiadas cosas para dárselas a esta rata. Es cierto que podía hacerme daño, pero no me importaba yo no le iba a entregar mis cosas, al menos no sin luchar.

Así que con todas mis fuerzas, le mordí la mano.

Rápidamente aflojo su agarre y yo aproveche para echarme a correr, pero no llegue muy lejos cuando sentí que me tomaban por las piernas y me tiraban al piso. El hombre se subió encima mio mientras intentaba sacarme mi mochila y al mismo tiempo pegarme y yo tratando de defenderme. Después de varios arañazos logre darle un rodillazo en la entrepierna -ni yo se como lo hice- me soltó y rápidamente yo cambie de posición quedando yo por encima de el. En ese momento no pensaba en huir o otra cosa sino en lastimarlo. Me quite la mochila y la lance a un lado no me importaba que algo se rompiera o lo que sea, le empece a propinar puñetazos y a golpear su cabeza contra el suelo. Y cuando pensé que ya lo estaba dejando inconsciente sentí un horrible dolor en mi costado izquierdo baje la miraba y vi que tenia clavado un cortaplumas allí, a pesar del dolor que sentía baje mi mano hasta el objeto y lo saque. El me sonreía burlonamente, y lo clave en su garganta. Sus ojos se abrieron como platos, empezó a escupir sangre y de pronto así se quedo completamente inmóvil. Con los ojos fijos en los míos pero completamente vacíos sin una pizca de vida en ellos. Me quede tendida a su lado por unos momentos mientras hacia presión sobre la herida en mi costado. Luego tome mis cosas y lentamente me fui caminando hacia mi casa.

Al llegar mi madre se encontraba en la cocina haciendo no se que, ni siquiera la mire y subí a mi habitación, por suerte la mancha de sangre no se notaba gracias a la camisa que traía. Me quite la ropa y observe la herida en el espejo de cuerpo completo, parecía algo profunda y estaba perdiendo bastante sangre pero no tenia pensado contárselo ni pedirle ayuda a nadie, ya se curaría sola. Y si no, bueno. Fui al baño y con una toalla remojada en agua empece a limpiar la herida, cada vez que el trapo tocaba mi piel tenia ganas de gritar, pero no lo hice. Termine de limpiarla y le puse una gasa la vende bien y baje a cenar como si nada hubiese pasado.

Mientras estaba acostada y no podía dormir pensaba en que pasará cuando encuentren al hombre que me atacó en medio de la calle, muerto. Aunque no podían hallar ninguna prueba que los guiara hasta mi no podía estar segura, ni siquiera tenían el arma homicida ya que en este momento se encontraba en mi habitación envuelta con trapos y debajo de mi ropa.Claro que primero le había quitado todo rastro de sangre, pero.. De todas maneras yo lo hice en defensa propia. ¿O no?.

Lo único que sé es que se sintió bien. Muy bien.

VioletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora