Capítulo 14.

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Violet

Después de quedarme hasta altas horas de la noche pensando que debía hacer o si debía contarle lo que había sucedido a alguien. Llegue a la conclusión de que no tenía nadie a quien contárselo aparte de mi madre, y esta era capaz de encerrarme en un manicomio si yo le decía que había matado a alguien, por más que haya sido en defensa propia. Y bueno, también decidí que debía deshacerme de la ropa y de ese cuchillo, ya que mi madre o mi padre (cosa que no creo ya que últimamente apenas lo veo) podrían entrar en mi habitación y revisar mis cosas y descubrir eso. Digo que esto podría pasar porque mi madre tenía la mala de costumbre de hurgar entre ellas, ver mi dinero, etc. Es algo que siempre me molesto, pero tengo que soportarlo.

Así que, a la mañana siguiente, me levante a las 7:46 am. y me duche, desinfecte la herida que por cierto tenía un bordeado morado, y sé que no eso no es algo bueno, pero vamos, a quien iba a recurrir, y lo más importante: ¿cómo iba a explicarlo? "Hola necesito ayuda, tengo una herida que probablemente se infecte en mi abdomen, me la hizo un ladrón cuando intentó robarme. Oh, casi lo olvido, también le clave un cuchillo en el cuello y lo deje tirado en media calle". Por supuesto que no. Probablemente llamen a la policía.

Saqué algunas cosas de mi mochila y puse dentro de ella en una bolsa la ropa manchada de sangre y el cuchillo. Me puse a buscar en la computadora lugares deshabitados cerca y tuve suerte, había un descampado a 15 manzanas de mi casa y cerca de allí un rio. Así que salí bastante más temprano de lo habitual para ir al colegio, y emprendí mi camino.

Media manzana antes de llegar ya se podía apreciar el pastizal que había en aquel lugar. Había un hombre mayor, aparentemente borracho que me miraba, digamos que, no muy decentemente. Pero lo ignoré y me dispuse a continuar con mi tarea. Me adentre entre los matorrales lo más que pude, y una vez que considere que era un buen lugar me quite la mochila y saque las cosas, les arroje un frasco entero de alcohol y les prendí fuego. Me senté durante unos quince minutos o más a ver como ardían, pero tampoco era tan estúpida como para no darme cuenta que no había forma de que el cuchillo fuera consumido por el fuego. Así que con mis propias manos empecé a escavar en la tierra.

Cuando mis manos ardían me detuve para darme cuenta que el pozo que había hecho era bastante profundo, no exageradamente, pero si lo suficiente. Tome el cuchillo con mis manos temblorosas y lo arroje a pozo, y le arroje la tierra encima nuevamente. Sabía que también tenía la opción de arrojarlo al río que no quedaba muy lejos de aquí, pero soy tan estúpida que decidí lastimarme las manos y enterrar el cuchillo aquí. Pero bueno supongo que la desesperación por deshacerme de esto influye en mis decisiones.

Después de haber juntado mis pertenencias, me cambié con la ropa limpia que había llevado y me dirigí hacia el colegio. Ya que llevaba más o menos una hora de retraso.

Cuando llegué me dirigí a mi clase correspondiente, con la cabeza gacha, pasando desapercibida, y todo estaba en perfecto orden hasta ese momento. Pero claro, como aquí reina el chisme, escuche algunos comentarios sobre que encontraron a un chico muerto tendido en el asfalto.


¡Y sorpresa para mí! Pues ese chico, era el hermano de Melissa.

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⏰ Última actualización: Jul 09, 2016 ⏰

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