Estaba aburrida, las conversaciones no estaban para nada interesante. Era lo mismo de siempre, estupideces.
Al rato, eso cambió...
Estaba hablando con un chico, era muy apuesto, lo que más me llamaba la atención eran sus ojos. Tenía una mirada muy seductora, y el color de sus ojos lograba derretirme por completo.
Luego de un rato, me dijo que era de otro estado, muy lejos de donde yo vivía, unas 8 horas aproximadamente en auto, automáticamente pensé "jamás lo conoceré" pero ignore ese pensamiento que había tenido, y seguí hablando con él, me agradaba hablar con él, era una conversación muy distinta a la que tenía con el resto, me hacía reír, su forma de escribir me impresionaba.
Pasaron las horas muy rápido, ya había amanecido, mi madre se levanta para ir a trabajar y yo pensé "aquí vamos con el primer regaño del día apenas se de cuenta que sigo en la computadora" pero valdría la pena el regaño.
- ¿Qué rayos haces despierta? No me digas que amaneciste pegada al aparato ese, te voy a castigar si tomas eso como una rutina, tienes que descansar, te podrás vieja rápido.
- Ajá. - respondí.
Yo era muy rebelde pero no me convenía que me castigaran, si me quitaban la computadora no podría hablar con él, así que me quede callada y fingí irme a dormir. Escuché la puerta de la casa cerrarse, eso indicaba que ya se había ido, así que saque la lapto y seguí hablando con él, le comente sobre el regaño que me había dado mi madre y él lo tomo como un chiste, aunque yo odiaba ser regañada, ya que siempre contestaba de mala manera y era peor.
Tenía sueño, así que nos despedimos, no quería dejar de hablar con él pero la ocasión lo ameritaba. Guarde mi lapto, busque algo de comer y volví a mi cama, la cual apenas toque y me di cuenta que ya no tenía sueño, me puse a ver televisión, pensaba en cada palabra que me había dicho, recordaba su mirada la cual era demasiado sensual, sabía que no podría tenerlo al frente viéndome fijamente porque moriría de pena, era una total locura, era un chico que apenas conocía. Pensando en esas cosas me quedé dormida.
Horas después, cuando desperté me di cuenta que mi madre no había llegado, eso significaba que me tenía que hacer la comida, me pare de la cama, fui al baño, lave mi cara, cepille mis dientes y fui a mi cuarto en busca de la lapto, apenas vi la hora me di cuenta que casi era de noche, había dormido demasiado, coloque algo de música y comencé a cocinar.
Al terminar de cocinar me senté a comer, con mi computadora justo al lado, cuando veo llegar un mensaje de él. Mi corazón latía muy rápido, no entendía que pasaba, me emocione al ver ese mensaje, era extraño.
Solo pensaba, no me puede gustar este chico, vive a ocho horas, no podría verlo, aún no tengo la edad suficiente para viajar sola, ¿como le explicaría eso a mi madre? Me mataría, mi cabeza estaba llena de preguntas sin respuesta, realmente ni yo misma entendía que rayos me pasaba con él, lo único que si tenía claro era que me encantaba hablar con él, siempre salían temas interesantes, o una que otra broma que realmente me hacía reír, dejaba de responderle a otras personas por esa conversación que no quería que tuviese fin.
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A larga distancia.
Teen FictionEra 2010, todo el mundo hablaba por messenger. Jamás imaginé que conocería al amor de mi vida de esa manera, con altas y bajas, el sentimiento era mutuo, y algo que jamás me esperaba, que fuera tan duradero... A pesar de la distancia. Ahí me encontr...