Capítulo 2

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El desfile de modas fue un rotundo éxito. El evento se llevó a cabo al aire libre de noche, lo que le dió un gran protagonismo a los efectos de las luces. Al finalizar, los invitados se dispersaron por el lugar mientras llegaban sus respectivos conductores a recogerlos. El conductor de Adrien había llegado allí minutos antes, pero el chico le había indicado que se diera un respiro. Eso le daría algo de tiempo a solas con Marinette.

-¡Eso fue increíble!- exclamó la muchacha mientras caminaban por los jardines del lugar del evento.

-En serio te gustan estas cosas de la moda, ¿no es así?- preguntó Adrien con una sonrisa.

-¡La moda es mi vida! Es mi sueño llegar a tener tanto éxito en este mundo como tu padre.- respondió ella radiante. El chico hizo una mueca en cuanto ella mencionó a su progenitor.

-Claro...- murmuró.

-Gracias de nuevo por invitarme. Ha sido una de las mejores noches de mi vida.- agregó Marinette tomando su brazo con entusiasmo.

-¿Ah, sí?- balbuceó el chico por el contacto.- N-No hay de qué...

-Oye, ¿crees que tu chofer se tarde mucho? Creo que ya es algo tarde y no quiero preocupar a mis padres.- dijo ella.

-No te preocupes, estará aquí pronto.- aseguró él.- Mientras tanto, yo... Hay algo que quiero decirte.- dijo Adrien tornándose un poco más serio.

-¿Qué es?- preguntó Marinette intrigada.

-Verás, yo... Tú, creo que eres una chica m-maravillosa. Siempre estás tan feliz y llena de energía.- dijo con una dulce expresión. Marinette se sonrojó ante el cumplido.- Y yo... creo que estoy comenzando a enam...

-¡Adrien!- oyeron ambos chicos llamarlo. El señor Agreste se acercó a ellos.

-Hola, padre.- saludó el muchacho con seriedad.

-¿Qué haces aquí? El hecho de que no modelaras en este evento no quiere decir que puedas actuar como un ermitaño y evitar a los demás invitados.- dijo su padre con firmeza.

-Lo lamento.- dijo Adrien cabizbajo. Marinette lo vió tristemente y se acercó al diseñador.

-Hola, señor Agreste. Es un gran placer conocerlo.- saludó con una sonrisa intentando distraerle de regañar al chico.

-El placer es todo mío, jovencita.- respondió el empresario al saludo.- Tú debes ser Marinette, ¿no es así?

-¿S-Sabe mi nombre?- balbuceó ella impresionada.

-Por su puesto. Adrien habla mucho de tí.- confesó el señor Agreste, haciendo sonrojar a su hijo.- Es muy hermoso ese vestido que usas.- dijo observando con cuidado su vestimenta.

-G-Gracias. Lo hice yo misma.- respondió ella.

-Impresionante.- dijo ante de voltear hacia Adrien.- Es una buena chica, Adrien.- Este se sonrojó aún más antes de mirarla de reojo.

-Lo sé...- murmuró.

-El chofer los espera a ambos afuera.- agregó antes de retirarse.

-¿Vamos?- preguntó Adrien ofreciendo su mano a la chica, quien la tomó con una sonrisa.

En el vehículo un silencio incómodo se formó de inmediato. Adrien finalmente estaba a solas con Marinette, que es lo que anhelaba tanto, pero ahora que lo había logrado, realmente no sabía cómo dar el primer paso.

Primero intentó decir algo, o al menos concluir lo que intentaba confesarle anteriormente, pero las palabras no salían de su boca. Intentó entonces acercarse a ella. Deslizándose poco a poco por el asiento llegó a su lado, chocando con ella por error.

-Lo siento...- murmuró al golpear por error su hombro. Ella solo le dirigió una mirada dulce y regresó su vista a la ventana. La noche era el mejor mmomento para Ladybug y Cat Noir de patrullar. Esperaba ver a su amado gatito en alguno de los tejados, pero no había ni rastro de él.

-¿Crees que esté por aquí?- pregunto ella de pronto.

-¿Disculpa?

-Cat Noir. ¿Crees que él esté por aquí?- repitió ella la pregunta volteando hacia él. Los nervios se apoderaron de Adrien.

-Y-Yo... No lo creo... ¿Por qué preguntas?

-No, por nada.- respondió Marinette volteando hacia la ventana.

-¿A tí... te gusta Cat Noir?- preguntó Adrien con interés.

-¿A mí? N-No, claro que no.- negó ella con rapidez, pero en la expresión del chico pudo ver que no había manera de que creyera eso.- Bueno, tal vez. Un poco... algo... mucho...- suspiró.

-Bueno, no puedo culparte. Parece un chico genial...- comentó él con una sonrisa de satisfacción.

Una vez que llegaron a la casa de la chica, ambos se despidieron en la puerta. Adrien conservaba su sonrisa, cosa que Marinette notó, pero le restó importancia.

-Aún no puedo creer que haya presenciado con mis propios ojos un desfile de modas de Gabriel Agreste.- dijo Marinette a su kwami más tarde. Su vestido rojo se encontraba cuidadosamente colocado en su maniquí y ahora vestía sus pijamas.

-Sí. Ese chico, Adrien, fue muy lindo al invitarte.- comentó Tikki.

-Lo sé. Él siempre es muy dulce...- dijo Marinette con una sonrisa.

-Marinette, no me digas que te gusta él...

-¡¿Qué?! ¡No! Adrien... él... es solo un amigo. Además, mi corazón pertenece a Cat Noir...- respondió la chica soltando un suspiro.

-¿No cambia nada con el hecho de que él está interesado en otra chica?- preguntó Tikki.

-Debe ser temporal.- aseguró la muchacha.- Aún así, me gustaría saber quien es mi rival...- agregó. De pronto vió a Tikki correr a ocultarse detrás de su almohada.- ¿Tikki?- llamó antes de escuchar unos golpes en su ventana. Al voltear, sus ojos se abrieron de par en par.- ¡¿Cat Noir?!


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