CAPITULO 3 Un día largo.

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Era la tercera semana de clases y me empezaba a acostumbrar a las cosas diarias; el levantarme temprano, desayunar, el estar con mi nueva familia adoptiva, el hablar con Adria y con Max; la verdad hablar con Max me hacía sentir bien; este fin de semana salimos, porque él quería enseñarme la ciudad; ¡Vaya, realmente amo esta ciudad! Esa tarde del sábado comimos helados, pizza, caminamos, hasta patinamos, hicimos muchas cosas y andábamos en el carro y el me mostraba todas y cada una de las calles de Hollywood; después de una larga tarde de ocio, nos fuimos para la casa y Alice seguía comportándose rara a medida que Max y yo íbamos entrando en confianza. Ya el domingo me despierto con mucha flojera, Adria se monta en mi cama y empieza a brincar, de verdad a veces se pasa de intensidad

-¡Adria déjame dormir! ¡Pareces una niña de diez años de verdad!- le digo empujándola al otro lado de la cama.

-¿Quieres ver a una niña de diez años?, ¡bien la vas a ver!- me dice al tiempo que me aprisiona entre sus muslos y comienza a hacerme cosquillas

-¡SUELTAME!- Le grito mientras trato de soltarme de ella - ¡Suéltame que te puedo hacer algún daño!

-¡Querías ver a una niña de diez años, y aquí esta!- me dice mientras trata de mantenerse encima de mí- ¡VAS. A SALIR. DE COMPRAS. CONMIGO. Y NO. PUEDES. DECIR. QUE NO. O SI NO. DE AQUÍ. NO ME BAJO!- hace pausa en cada palabra mientras me ataca con cosquillas.

-¡Adria, no, de compras no, lo odio, lo sabes!- le digo cuando al fin paró su ataque de cosquillas, pero aún seguía encima de mí

-¡Vamos Lucy, por favor, necesitas ropa linda! ¡Necesitamos pasar tiempo juntas!- me dice juntando las manos y poniendo los ojos como cachorrito que quiere ser adoptado mientras se baja de mí

-¡Ey mi ropa es linda!- le digo mientras me siento en la cama, cuando digo esto ella rueda los ojos- ¡Ningún comentario respecto a mi ropa, además no tengo dinero para estar gastándolo en esas boberías!

-¿¡Boberías!?- Dice casi gritando- Tu poca ropa deportiva, porque no es más que jeans, camisas y suéteres, no llegan a ocupar ni la mitad de espacio que te dejé en mi armario, eso sin contar que no tienes un vestido medianamente elegante, y ¿aun dices que es una bobería? ¡REACCIONA! Eres bonita y eso que no te demoras todo el tiempo arreglándote, ahora, ¡imagínate cuando lo hagas! ¡VAMOS DE COMPRAS ES UNA ORDEN!- me dijo levantándose de la cama y yéndose a bañar.

Me levanto de la cama, la organizo y cuando ya está organizada, saco de debajo de la cama la maleta que traje cuando llegue a vivir aquí y saco unos ahorros que tenía guardados, me pongo a contarlos y ver cuánto podría gastar, no tengo mucho así que decido que lo llevaré todo pero no lo iba a gastar tampoco, solo veré que es necesario comprar y que no; cuando estoy volviendo a poner la maleta debajo de la cama, Adria sale del baño cambiada, y con el cabello húmedo, dejando sus risos al natural, llevaba un short alto y una camiseta corta con un estampado que no tengo idea de que es, o que dice, con ellos se puso unas converse amarillas que pegaban con el dichoso estampado y mientras ella se veía bien como siempre, yo estaba vuelta un desastre, como siempre.

-No te demores, tienes veinte minutos para estar lista- me dice sonriendo mientras yo me voy levantando de la cama

-Si madre, como ordenes- le digo tomándole del pelo y así entro al baño a tomar mi ducha, como era rápida no puedo lavarme el cabello – lo haré antes de dormir- me digo a mi misma; cuando ya me duché, voy hasta el vestier y cuando entro siempre me siento pequeña, Adria tiene esto como si fuese una colección, incluso me dejó un espacio enorme que aún tiene pedazos vacíos - ¡Sí, necesitas ropa!- me digo, decido ponerme un jean y una camiseta amarillo claro pero no chillón que tenía unos puntos blancos; salgo del armario y me lavo los dientes y me peino un poco, después salgo del baño y Adria no está en el cuarto, frunzo el ceño un poco, pero supongo que debe estar abajo desayunando, me maquillo un poco, aplicando solo lo esencial y bajo las escaleras y cuando voy a doblar a la izquierda, Adria no está desayunando como pensé que estaba haciendo, le está diciendo al sr. Alberto que nos dé dinero a ambas para ir de compras ¡ALTO! ¡QUE SE LE PASA A ADRIA POR LA CABEZA AL PENSAR QUE LO VOY A ACEPTAR! ¡PORQUE LE DIJO ESO AL PAPÁ! Suficiente tengo con deberles todo lo que han hecho por mí, para que me estén dando dinero, no, no, claro que no; antes de esperar respuesta del sr. Alberto entro de inmediato al comedor...

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