Capítulo 5: ¿Qué hay de malo en ser virgen?

149 13 1
                                    

Parece mentira que lleve dos meses aquí y cuanto han cambiado las cosas incluyéndome; la universidad es más llevadera, mi amistad con Gin es genial, simplemente es mi mejor amiga, tenemos tanta confianza la una en la otra que nos contamos absolutamente todo; Adria se ha vuelto también muy unida a mí, y en todo momento busca un excusa para salir conmigo y sus planes generalmente terminan en ir de compras a las boutiques más caras de Beverly Hills o ir de fiesta a los bares más famosos de la ciudad, cosa que no me agrada mucho; ahora estoy en una de esas salidas de compras o tarde de chicas como ella suele llamarla, no puedo negar que con este entorno mi desinterés por la ropa ha cambiado, con Adria y Gin junto a mi es difícil no hacerlo, eso sí, nunca seré amante a ir de compras, eso sigo odiándolo es muy agotador; entre las cosas que han cambiado Max es una de esas, nos hemos vuelto novios, aun no lo puedo creer.

¡Ey frena! Me dice mi subconsciente.

Bueno, no somos novios lo que se diga vaya que novios ellos, realmente ni siquiera lo somos, es complicado, él realmente no me ha pedido que lo seamos y en parte es algo que me confunde demasiado, puesto que hacemos cosas que una pareja hace, besarse, salir a comer, al parque, a cine, él es mucho más atento conmigo, por tanto para mi somos novios y realmente me gusta la sensación que tengo cuando estamos juntos. 

Adria y Gin son las únicas que saben lo que pasa entre nosotros, Alice y el Sr. Alberto sospechan algo pero cuando intentan indagar acerca del tema siempre lo esquivamos con otro tema irrelevante; a quien no he vuelto a ver más desde la cena es a Neil, he querido preguntarle a Adri si tiene su número de celular pero al final no lo hago, me da vergüenza que piense que él me interesa cuando de una u otra forma estoy con su hermano, además días después de la gran cena que tuvimos, Max me confesó que Neil no le agrada, por tanto no quiero causar discusiones entre nosotros por alguien con quien apenas hablé, aunque no puedo negar que desde esa noche muchos de mis sueños incluyen noches oscuras iluminadas con dos estrellas en lo alto del cielo de color azul, grandes y brillantes, las cuales en la noche fría con solo brillar me dan el calor necesario para no congelarme, es un sueño que me frustra cuando lo tengo, pero prefiero no darle importancia.

-Tierra llamando a Lucy- me dice Adria moviendo su mano frente de mí

-Aquí estoy- le sonrío

-Okey, necesito que me cuentes como fue su primer beso- me dice Adria mientras caminábamos por el centro comercial.

-¿Otra vez?- le digo sonrosada

-Obvio- me dice exagerando las palabras y el movimiento de sus brazos- necesito saber que no me perdí de nada y a medida que repites la historia, me aseguro que no quitas o pones más nada

-Vale, vale, deberías pensarte eso de estudiar periodismo, tienes vocación- le digo para ver si logro distraerla

-Y tu deberías saber que tus tácticas de distracción no funcionan conmigo- me dice sonriendo, ups, hora de hablar

-Bueno, como te dije, fue en una de las tantas salidas que tuvimos, cenamos, hablamos, y nos besamos, listo, eso es todo- le doy una mordida a mi galleta de helado sabor arequipe, es mi favorita

-¡Ni creas Lucy!- me mira con ira- no me vengas a salir con esas tonterías, cuéntame bien, no te hagas la inocente

-Oye, respétame que soy mayor que tu okey, no me hables de esa forma- le digo intentando molestarme, pero no puedo, por solo pensar en Max una sonrisa se me pinta en la cara- Él me llevó a cenar en un restaurante así como al que fuimos con Neil y su familia, ¿recuerdas?- trato de no volver a pensar en el sueño que tuve la noche anterior con él, en donde llegaba a celebrar nuestro cumpleaños junto a mí y millones de paparazis se amontonaban a nuestro alrededor y con esos flashes vuelvo a la realidad- tal como pasó en ese momento de la cena me sentía un poco abrumada, por tanta elegancia y protocolo, pero más que todo por la atención que él me estaba dedicando, obviamente no decía nada, estaba ansiosa por lo sucedería, aun sin saberlo; cuando ya estamos en la respectiva mesa que nos tocó, llega la camarera y nos atiende, hicimos el pedido y nos pusimos a hablar de cualquier cosa, de cómo habían ido nuestros días, de cómo me sentía estudiando aquí, me preguntó por lo que más extrañaba de Colombia, a lo que respondí que a mi familia, en fin, hablamos de muchas cosas sin importancia, cuando terminamos de comer me dijo que quería llevarme a un lugar especial para él y pues yo le dije que no había ningún problema, llegamos a un parque de diversiones y él me explicó que cuando se estaban adaptando a la vida aquí el sr. Alberto los llevaba a ese parque los viernes después de clases y después de un tiempo el conocía el camino y se iba cada vez que quería a ese lugar a ver a niños de la edad que el tenia correr y disfrutar de los juegos del parque; agradecí llevar mallas por debajo del vestido ya que la brisa y me movía el vestido muchísimo, estando allí entramos a la montaña rusa y cuando nos sentamos en los asientos yo me acobardé- me tapo la cara con mis manos recordando la escena, me sentía como una niña que acababan de descubrir con las manos en la masa- le pedí que nos bajáramos y él me dijo que me tranquilizara que él estaba ahí conmigo y que desde ese momento estaría conmigo siempre, me preguntó si confiaba en él y obvio dije que sí y pues en ese momento fue donde di mi primer beso con Max; listo eso es todo, ¿contenta?- miro a Adria inquisitiva

En las Nubes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora