Seize The Day

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El día había llegado al fin; Rall y Mary contraerían matrimonio después de 5 años de noviazgo.
A pesar de tener sólo 24 años, habían empezado su noviazgo muy jóvenes pero aseguraban estar listos para dar ese gran paso.

Sería la boda del año, pues la familia de la novia había tirado la casa por la ventana no escatimando en gastos para darle a su hija la boda de sus sueños.
Además de eso Rall era un chico bastante popular en el mundo de la farándula, por lo que los invitados serían todo tipo de celebridades.

Pero Anna no era una de esas celebridades. Su presencia en esa boda había sido por simple cortesía de la novia; había quedado encantada con su trabajo y además de pagar sus honorarios, sabía que podría hacerla feliz de de otra manera.

Rall era un chico bastante popular, amigo de rockstars por su gran trabajo en el diseño de portadas para discos de innumerables bandas de todo tipo de géneros.
Pero más allá de ser solo un trabajador más, sabía cómo ganarse la confianza de las personas y llegar a ser un gran amigo.

Y entonces, La noche de la fiesta comenzó. Anna se había puesto su mejor vestido para la ocasión. Era largo, de color morado y con un escote bastante lindo que lucia muy bien su pecho.

En su cabello había formado un peinado alto que alargaba su cuello y dejaba ver su rostro un poco más afilado, pues no le agradaba mucho la forma de su cara tan redonda.

Tatuajes adornaban sus brazos, pecho y parte de su cuello, pero en ese lugar lleno de personajes, pasaba bastante desapercibida, lo cual la hacía sentir cómoda.

Mary le había asignado un asiento en una de las mesas, donde compartiría el lugar con algunas de sus trabajadoras pero eso no era problema. Para ella había sido un honor que la invitaran a una de las bodas más importantes del año.

Pero antes de ir a tomar asiento decidió dar una vuelta para ver lo hermoso que había quedado el campo de golf acondicionado para la fiesta.

Al llegar a uno de los puentes que conectaban la entrada cruzando un pequeño lago, pudo notar a una chica que se le hacía bastante familiar.

- ¿Pink?.- Se preguntó a sí misma incrédula.-

Pero qué podía esperar ver en ese lugar sino un desfile de celebridades. La pareja era bastante popular y querida por varios artistas asi que se resignó a tener que ser fuerte para no perder los estribos frente a varios de sus artistas favoritos.

Así pasaron frente a sus narices varias celebridades, la mayoría rockstars que la hacían perder un poco la compostura; pero al fin y al cabo terminaba respirando profundo y contando hasta 10 para no pedirles desesperadamente un autógrafo.

Ya había visto bastante, y las zapatillas comenzaban a lastimar un poco sus pies por estar parada tanto tiempo, por lo que había decidido al fin ir a acomodarse a su lugar, cuando una cara demasiado familiar la hizo cambiar de opinión.


El hombre que alcanzaba a ver era Big T. Uno de los guardaespaldas de Avenged sevenfold, su banda favorita.
¿Pero qué hacía Big T en la boda de los Woorty?
Lo siguiente que vio la dejó fría.

Una mujer rubia entraba del brazo de uno de los hombres más perfectos que cualquier chica podría soñar tener en su vida; Matt Sanders.

Los ojos del chico se perdían entre el tumulto de personas que casi llenaban el campo de golf entero.

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