†CAPITULO 3†

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Alicia me presentó con todos y cada uno de los jóvenes, todos al parecer eran de buena familia, no entendía porque no estaban casados o comprometidos, ya que en esa época era lo más normal que los jovencitos mayores de 15 años ya contrajeran matrimonio.

-Dinos Mirena, ¿Eres casada? ¿Comprometida?- habla rompiendo el hielo Fernando al parecer la pareja de Alicia. Fernando padecía de una estatura bastante alta, era de tés blanca, ojos pequeños color marrón un poco mas claros que los de Alicia y tenia barba, a decir verdad le quedaba muy bien.

-Ni una, ni otra- Respondo sin mas vergüenza- Desde que cumplí 15 años mis padres han hecho lo imposible por presentarme candidatos, pero siempre me encargo de aullentarlos- Arqueo la ceja para agravar algo de intriga.

-¡Exelente!-Exclama Annabeth- bienvenida a nuestra organización de... ¡No al matrimonio!- dice riendo pero al parecer nadie se ríe con ella. Annabeth era muy bonita, tés blanca, ojos café claro, cabellos cobrizo y un poco alta de estatura.

-¿Como?... ¿No les importa ser unos...- Al parecer estaba tartamudeando, tenia que elegir las palabras correctas no quería que se ofendieran - quedados?- No vi ninguna reacción, todos se miraron y después estallaron a carcajadas, no entendía nada, solo estaba ahí parada con la boca bien cerrada.

-Quita esa cara querida, no mordemos- Dice Mary calmando su risa- Nosotros no queremos un matrimonio arreglado o con alguien que no conozcamos y que obviamente habrá un punto en que lo odiaremos- Hace una pequeña pausa- Nuestros padres nos dicen que nos acostumbraremos a esa persona, que lo hagan ellos, nosotros no queremos correr ese riesgo y por eso somos vistos como bichos raros en nuestra amadisima familia- Dice lo último con un tono burlesco. Mary era un poco alta de estatura, cabellos castaño claro, ojos grandes y marrones, tés morena pero pude notar que era un poco... ¿egocentrica?

-Mary, casate conmigo-Dice Juan apareciendo de la nada con un ramo de flores y un anillo entre ellas, todos se quedaron callados. Nunca había visto una propuesta de matrimonio tan... Ni se como describirla, Mary por su parte solo lo miraba seria.

-Juan... ¡Ya te dije que no me presiones!- dice jalando de las orejas aquel muchacho y llevándolo a un lugar mas apropiado para conversar; Juan era alto, tes morena, ojos pequeños y marrones, cabello café y con rizos, era un poco llenito...Pero era buen muchacho.

-No te preocupes, son novios pero ella al parecer no quiere matrimonio, esto pasa una vez por semana- Me dice Luis al ver mi cara de incredulidad ante la situación; Luis no era tan alto como los demás pero si mas que yo, era de tés clara, ojos marrones, cabello castaño claro y era tan tierno que provocaba querer abrazarlo y no soltarlo, todo un osito.

-Pobre Juan, no va a entender que así no se le trata a una dama- dice Emiliano, a decir verdad era atractivo y al parecer era mujeriego, y con razón alto, tés blanca, cabellos negro, buen mozo, ojos cafe claro. E hijo del Conde Dankworth, todo un partidazo como diría mi abuela.

Se acercaron tres jóvenes más, al parecer eran amigos Arturo, Raúl y Obdulio; no eran feos, Obdulio no era tan alto era como Luis, pero mas atractivo, tes blanca, ojos marrones, cabellos negro y con una sonrisa en cantadora. Raúl era bastante alto, cabellos rubio, ojos marrones, tes blanca y con barba. Arturo por último, era alto, muy flaco, ojos marrones, buen mozo, tes blanca y cabello castaño claro, se unieron a nuestra conversación y al parecer compartían la misma opinión con respecto al matrimonio.

-Mirena, ¿gustas bailar?- Dice Emiliano ofreciendome su bien dotado brazo- ¿O no sabes como aquí mis ojos?- Dice señalando con la mirada a Mary, Annabeth y Alicia.

-Claro que se bailar- Me aferro a su brazo para dirigirnos a la gran pista de baile en medio de la plaza. Habían niños, ancianos, adultos jóvenes de todas clases sociales, al parecer ahí no importaba de donde vienes, se sentía muy bien. Los ancianos de la orquesta propusieron el gran baile de cambio de parejas al ver a todas las personas que se deleitaban con su música. El baile era simple, empezar la pieza con tu pareja después de una vuelta cambias y así hasta quedar con otra, era mi baile preferido y divertido.

Memorias De Una EnternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora