9. Mentira (maratón 2/3)

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- Hija, ven un momento por favor -mi madre me llamó desde la cocina, me levanté y fui hacia el lugar- ayúdame a cortar los tomates -dijo mientras me los señalaba, los tomé y los puse sobre la tabla de madera. Fui por un cuchillo y comencé mi labor. Cuando ya había cortado tres tomates se oyó el sonido de algo caer, de inmediato corrí a mi habitación y me di cuenta que no la había cerrado y ahora... Estaba vacía.
Corrí hacia la puerta de entrada y vi como Arturo estaba desesperado por abrirla, lo tomé del brazo e intenté arrastrarlo nuevamente hacia la habitación, antes de llegar mi madre se apareció por el pasillo, yo aproveché la sorpresa de Artu y mi madre al verse para pasar el cuchillo que tenía en mi mano derecha a la mano izquierda donde apretaba fuertemente el brazo de Arturo, lo solté y sostuve el cuchillo que ahora tenía en mi mano izquierda presionando su espalda.
- ¿Quien eres? -preguntó mi madre al susodicho.
- Mamá, el es mi novio Arturo ¿verdad? -dije haciéndole sentir el filo del cuchillo sobre su espalda.
- Si -se aclaró la garganta- soy el novio de su hija. Mucho gusto -dijo con desgano y estiró su mano para dar un apretón con mi mamá-me llamó Arturo, pero puede decirme Artu.
- Es un gusto Arturo, y... ¿Donde se conocieron?
- En el trabajo -respondí rápidamente- Arturo es ingeniero de sistemas, y esta encargado de el mantenimiento de todos los equipos disponibles en la empresa, el día en que entre justamente fallo mi pantalla y el la reparó, ahí fue cuando nos conocimos y ese mismo día me invitó un café. ¿No es así? cielo.
- Si, si.
- Mamá ¿te molestaría que fuera con Artu a mi habitación?
- No, presupuesto que no -me miró con picardía, yo rodee los ojos y tomé de la mano a Artu para arrastrarlo hacia el lugar y justo cuando estaba a punto de cruzar la puerta mi madre gritó- ¡usen protección!
No pude evitar abrir los ojos y atragantarme con mi propia saliva, tampoco pude evitar que mi cara se tornara de un tono más rojo que el de los tomates que estaba cortando. Porque puede que yo halla asesinado a una par de personas, o a más de un par, pero cuando se hablaba de esos temas no podía evitar que mi cara se tornara de mil colores.
Entramos, cerré la puerta y deje el cuchillo en la mesa para poder levantar las cuerdas que estaban tiradas en el suelo, llevé a Arturo nuevamente hacia su silla y lo amarré a esta.
- Me disculpo por lo que dijo ella -dije mientras apretaba las cuerdas, Artu emitió un pequeño gemido de dolor- ¿esta muy fuerte? ¿Acaso te duele?
- Si.
- Pues lástima, intenté ser buena contigo y no funcionó -tomé la mordaza entre mis manos, la dirigí hacia su boca, la aseguré fuertemente por detrás de su cabeza y me dirigí hacia el armario para tomar una sabana que posicioné en los ojos de Artu obstruyendo su vista totalmente- ¡es que no entiendo por qué todo tiene que ser así contigo! He intentado ser buena, ser agradable y nada funciona ¡nada! A partir de ahora todo será distinto.

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La Yandere Real (Artuxcreed y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora