Capítulo 8

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Foto Jake (Dylan O'Briem)

POV ASHLEY

Llevaba toda la tarde estudiando. Ya habíamos empezado con los exámenes finales y no podía distraerme con nada. Me quedaban tan sólo cuatro, y en los anteriores había conseguido una nota superior a 9. La selectividad también estaba a la vuelta de la esquina y tenía planeado sacar una buena nota para poder estudiar lo que quería y en una buena universidad.

Alguien llamó a mi puerta y veo como se habre viendo el rostro se mi madre con un vaso de leche y unas galletas. Parece que tengo seis años, aunque lo agradezco.

-Espero que estés estudiando mucho.

-Lo hago, gracias por las galletas.

-También te he traído otra cosa.-Volvió al cabo de unos segundos con una caja enorme blanca en la que se podía leer la palabra "Prada" en letras negras sobre esta.

Cojí la caja y la abrí encontrándome con un precioso vestido rojo escarlata. Tenia un amplio escote de esos con los que nunca me vería pero este vestido lo hacia mas elegante y refinado. La tela se estrechaba tanto en la cintura que me costaría ponérmelo, y continuaba con una larga tela de seda roja que caía por mis tobillos.

-Mamá es precioso.-Dije levantándome para darle un abrazo.

-Me alegro de que te guste. Quiero que lo lleves en la graduación.

-Estaré encantada.

-Bueno, mejor te dejo para que sigas estudiando.-Se soltó del abrazo y me besó la coronilla.

A pesar de que mi madre planificase mi vida sin preguntarme, sabia que lo hacia porque me quiere y se preocupa por mi. Yo también la quiero, aunque de vez en cuando me enfadase con ella. Aun no sabia como se iba a tomar que quiero estudiar bioquímica en vez de medicina, pero no debería tener estas preocupaciones ya que es mi vida y yo decido que quiero hacer con ella, y que se que es lo que me gusta. Al final me tendré que enfrentar a ella para decirle lo que pensaba pero por otro lado, no quería hacerle sentir mal.

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Bajé a la cocina a ponerme un café con leche para poder seguir estudiando, era algo que realmente me relajaba. Escuché una voz femenina al final del pasillo.

-¿Mamá?-Me sorprendí puesto que creía que estaba trabajando.

Abrí la puerta del despacho de mi padre encontrándome a una mujer rubia subida en su escritorio a medio vestir y agarrando la camisa de mi padre.

-Oh dios mío.-Fue lo único que pude decir. Cerré la puerta de un portazo y salí corriendo a mi habitación con el ruidoso latido de mi corazón. No sabía que hacer ni a donde ir, solo quería estar sola. Me tumbe en la cama con las manos en la cara.

¿Cómo no había dado cuenta antes? Solía tener cenas que se alargaban hasta el día siguiente. ¿Desde cuando había estado teniendo esa relación? Me empezaron a entrar ganas de vomitar. Me sentía fatal, y aún peor al pensar en mi madre. Llevaban 18 años casados y mi madre jamás le haría eso, estaba claro que se lo tendría que contar, nadie se merece ser engañado de esta manera. Sentía odio por mi padre, ¿por qué lo hizo?

Sonaron unos puños llamar a mi puerta.

-¡Ashley!

-¡Vete!- Dije tratando de sonar fuerte.

-Ashley, tengo que explicarte todo esto...

-¡No tienes que explicarme nada!

-Cuando seas mayor lo entenderás...

Te necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora