el narcotraficante; amor en el infierno.

capitulo 2; te encontré...

\\ narra Adriana \\

tenia unos ojos muy bellos color azul claro y un cabello color castaño, era alto y ejercitado, tendría unos 20 años o poco mas, llevaba un traje de vestir color azul marino y una camisa blanca acompañada de un pequeño moño azul marino. me sonrió amistosamente y yo le correspondí de la misma manera.

- gracias. -le dije sonriendo levemente sonrojada por la sonrisa de aquel hombre

- no hay de que. cual es tu nombre?- me dijo dedicándome una media sonrisa, ladeando un poco su cabeza como buscando la respuesta.

- Adriana mi amor, ven hija.- dijo mi padre acercándose e interrumpiendo el momento con toda la intención, eso fue algo que hizo que me ruborizada pero por vergüenza.-  Daniel, veo que conociste a la princesa de la familia, creo que no tenías el gusto verdad? - le pregunto mi papa sonriendo

- creo que no señor Iván, muy hermosa su hija.- dijo Daniel dirigiéndose a mi padre con una media sonrisa avergonzada.

en eso se acerco un hombre de traje negro y camisa negra a donde nos encontrábamos nosotros, al parecer tendría unos 50 años según lo que dejaba ver su diminuto antifaz, me sonrió y me dio la mano, yo se la acepte amistosamente y nos saludamos.

- oh vaya, homero que sorpresa.- dijo mi padre sonriendo y acercándose a el para darle un abrazo amistoso.- veo que aquí se encuentra la familia Cárdenas.- dijo sonriendo y volteando a ver a Daniel.- disculpen mi mala educación, hija el es homero Cárdenas, líder del cartel del golfo y el es Daniel Cárdenas su hijo mayor.

-  mucho gusto señores, con su permiso iré a dar una vuelta. un gusto conocerlos.- les dedique una tierna sonrisa a mi padre y a homero, por ultimo le dedique una sonrisa picara a Daniel y me aleje del lugar.

salí de la casa y fui hacia el jardín, vi a una mujer de espaldas que estaba cerca de la piscina, estaba acompañada de otras dos mujeres y dos hombres, me acerque a ellos y le tape los ojos a la mujer que se encontraba de espaldas.

- oh mierda, no me gustan estos juegos!- exclamo helena - quien es? - concluyo un poco molesta por lo que no aguante la risa y me descubrió.- Adriana te he dicho que no hagas eso.- me reprendió

- por eso lo hago primita.- le dije riendo y dándole un beso en la mejilla.- hola chicos.- dije saludando a los demás.

cuando ya estaba cerca de ellos los pude identificar, Íngrid y azucena que llevaban vestidos cortos de color azul y dorado de lentejuelas. los hombres eran Alex y Paul, ambos llevaban smoking negro y camisa blanca acompañados de una corbata negra y unos zapatos negros italianos. ellos eran mis compañeros de fiesta! como nuestros padres eran muy amigos nosotros habíamos crecido juntos, aunque yo era la menor siempre los terminaba sonsacando para ir a alguna fiesta prohibida o cosas por ese estilo. Paul se acerco a mi y me abrazo.

- feliz cumpleaños pequeña.- me susurro en el oído, algo que hizo que me estremeciera por su cercanía. el estaba plenamente enamorado de mi y no era mal parecido, ojos cafés grandes y unas pestañas rizadas y largas, altura suficiente como para poder ponerme tacones cuando salía con el, pero no era de mi tipo.

- gracias Paul, que lindo.- le murmure sonriendo y después le di un casto beso en la mejilla para separarme de el tiernamente, pero el me sujeto de la cintura y me acerco mas a el a tal punto que nuestros labios quedaron separados por escasos centímetros.

- Adriana!! ven acá hija.- grito mi madre desde el lado opuesto de la piscina, aproveche para separarme rápidamente de Paul, algo que hizo que todos mis amigos rieran y el se sonrojara, camine hacia donde estaba mi madre.