"El Príncipe Del Reino Azul"

Capítulo 1:"Es hora de buscarte una Pareja"

La vida en el reino transcurría de una manera increíblemente bien. Todos hiban y llegaban de sus trabajos, pero, en el Castillo del Rey y la Reina Ackerman, había una disputa que no abandonaba su hogar desde hace días.

-Tenemos que encontrarle alguna pareja, Kenny! No puede quedarse siendo tu pequeño niño por toda la vida!- regañaba la Reina mientras miraba molesta a su esposo- Cuando te piensas dar cuenta de eso?!-

-Mujer, que piensas que haga al respecto?! Que quieres que haga?!- Se levanto duramente de su cama para tocarse la frente y seguir frotandola-

-Quiero que tomes responsabilidad de tu hijo!-

-Tiene 16 años, quieres que simplemente vaya por ahí buscando cualquier persona para que se case con él?! Eso es lo que quieres?!-

Y haci amanecía la familia Ackerman discutiendo por que la mano de su hijo debía de ser tomada. Pero claro, todo esto era escondido de su hijo, quien solo acababa de despertarse de una larga noche.

-Joven Levi, despierte por favor, hoy es un día especial- decía su mayordomo personal, Russel-

-ahm, n-no quieroo!!- se quejaba sutilmente mientras levantaba las caderas hacia arriba sólo para recibir una fuerte nalgada de parte de este- dejame!- se levantó rápido para bañarse y vestirse con un hermoso kimono azul que le llegaba hasta el piso, digno de un principe- madre, padre, buenos días- hizo un acto de respeto y siguio hasta llegar a una gran mesa y se sentó en una de las muchas sillas- Sasha, que tenemos para desayunar hoy?- miro tranquilamente la mesa mientras la mencionada posaba los platos suavemente y decía en una pronunciación perfecta el nombre de la comida y se retiraba- se ve delicioso, gracias por la comida- junto sus manos y comenzó a comer delicadamente hasta acabar con su plato que tenia pequeñas porciones de la comida- si me disculpan- se disponía a salir, pero...-

-Levi, tenemos que hablar- dijo su Padre como nunca antes serio-

-regreso a su asiento para seguir hablando con su Padre y Madre- Dime, Padre-

-Levi, cariño, hace unas semanas cumpliste 16 años, te felicito- dijo calidamente, mientras que Levi le regalaba una sonrisa en su pálido rostro- Levi, además de haber cumplido 16 años, a esta edad se le busca una... Una pareja al príncipe o princesa- la hace unos segundos felicidad en el rostro de Levi se había convertido en sorpresa y preocupación- cariño- miro a su esposa en forma de súplica para que lo ayudara-

-Amor, lo hemos pensado, y creo que la pareja perfecta sería... el hijo de los Smith's- justo al terminar eso la quijada de Levi callo abierta y sus ojos más abiertos que cualquier otra vez-

-Mama! No voy a casarme con Irvin!- la miro pidiendo algo de piedad- Sabes que él es solo un amigo! No lo veo como una pareja! Mucho menos como mi esposo!- en estos momentos, solo bastaba ver la mirada en su rostro para ver en todos lados desaprovación-

-Levi- la voz de su padre se hizo firme- Si, no es él... quien?- la mirada de Levi paso de los ojos de su padre a el suelo, él en realidad no tenia planeada una vida amorosa, ni siquiera había estado, realmente, enamorado, no amaba a nadie como para casarse con esa persona, la habitación quedó en un silencio asesino- Levi, no es que estemos diciéndote si quieres casarte con él, es que lo haras, esta claro?- Kenny no era de los padres que les gustaba ser fuerte con sus hijos, al contrario, si era posible, no queria obligarlos a nada, pero... "lo que es, es", cierta vez escucho eso de una pelicula, y el era un rey, no podía tapar el cielo con una sola mano- puedes irte- Levi sólo salió corriendo dejando caer un adorno de cabello en el suelo por lo rápido que se fue-

Fue corriendo hasta llegar a su cuarto, pensó en todo lo que le habían dicho, procesando, procesando. Se tendría que casar con... Su mejor amigo. Se tiro en la cama y cerró los ojos. Sentía que nada bueno pasaría si los abría en ese preciso instante. Haci que simplemente se quedo ahi, en esa posicion, y cayó dormido. Una, dos, tres, cuatro, cinco horas pasaron hasta que Levi se despertó nuevamente. Eran las 6 de la tarde y el chico tenía muchas energías por el largo sueño, pero sus ánimos se fueron al piso al recordar el compromiso.