Stalker?

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Después de varias semanas de clase noté que siempre me acercaba hacia James, todos los dias estaba ahí, viendolo practicar, no habia notado que era casi la única cosa que hacía en mi receso, nada más.

Los viernes nos dejan ir temprano, me despedí de Smilla y me fui, no me despido nunca de James, tal vez una sacudida de cabeza en señal de despedida pero nada más, no teníamos una confianza de amigos o algo así, éramos como dos extraños compartiendo palabras cada día en el instituto en común.

En fin, decidi abrir mi computador y buscar información sobre este chico, si él no me lo diría, lo sabría por mis propios medios entonces. Cargó la página de Facebook y puse su nombre en el buscador

James Cortés

Tan rápido como lo escribi apareció la respuesta, una foto de él, obviamente practicando, estaba con el brazo extendido, acabando de lanzar un puño que aparentemente por como se veía su brazo, hubiera sido mortal en la cara del que se hubiese atravesado.

Nacimiento: 06 de Mayo 2000

No tenía mucha información personal, varias fotos de pequeño con una mujer que pude distinguir como su madre, se ve joven y es muy hermosa, habían fotos con un niño que debe ser su hermano, por lo que leí se llevan un año, aunque el pequeño chico de apariencia activa y sonrisa enegica tenía rasgos distintivos de su madre mas que no habia visto a su padre para comparar la diferencia de rostros, aparente en los dos chicos.

Pasé la tarde buscando su información, fotos de un pequeño James de abdomen marcado, dejando que niñas lo besaran, con aires de suficiencia de que todas lo querían, no fue hasta que vi más fotos de el con chicas cuando me di cuenta que sentía cierto recelo hacia ellas, tocando su cuerpo bastante formado para un niño.

Mamá me llamó para cenar y caí en cuenta de había pasado un día entero stalkeandolo, había indagado en cada rincón que pude solo para saber mas de éste chico cuya sonrisa sincera no había visto desde que llegó aqui, solo fotos, recuerdos de días en los que se lo ve tan alegre, que le habría pasado al chico de ojos cafés, con luces que se reflejaban cuando les daba el sol, para que cambiara a esta personalidad tan seria y tajante, sea lo que sea, quería saber más.

Guardé unas cuantas de sus imágenes, no se porque, pero deseaba tenerlas, un recordatorio de ese pequeño niño sonriente, el brillo de sus ojos cafés y sus rosados labios

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Me desperté con cansancio, eran las 10:45 am, aún temprano, decidí bajar, mamá no estaba y pregunté a Nacho por ella y me dijo que habia salido con unas amigas de la universidad que se encontró hace poco y hasta la invitaron a una fiesta así que no estaría hoy en casa sino hasta la noche, me parecía bien.

Desayuné mis panqueques y lavé los platos, leí en la tarde hasta que un sonido sacó mi cabeza de ese lugar en el que me encontraba viajando, mi libro. Era mi celular, me aproxime a tomarlo de mi mesita de noche, era un mensaje

Steb:
Por favor háblame

Había estado mandome mensajes para que lo perdonara pero no le respondía, me molestó bastante, pero aún habia que aclarar las cosas entre nosotros, no queria terminar con el aún, es dulce, a veces, pero teníamos que hablar

- Qué?

- Lo lamento

- En serio?! Porque no parecía cuando te enfureciste y me abofeteaste en frente de todos!

- Bella en serio lo siento, dame otra oportunidad, veámonos hoy en el ensayo por favor. El ensayo! Lo había olvidado, eran las 04:30, tenía tiempo de alistarme hasta las cinco, me puse una falda azul turqueza al hombligo y un top blanco con mis converse negras, recogí mi cabello en una coleta, tome mi instrumento, mi celular y bajé.

Le pedí a Nacho que me llevara y tomó poco tiempo llegar, subí al segundo piso de ese edificio moderno y abrí, estaba solo Steb, no había llegado más nadie.

Se lanzó hacia mi y me besó, algo rústico para mi gusto, cerró la puerta detrás de mi y solté mi bolso, me pegó a la puerta y fijó sus manos en mi cintura, puso una sobre mi cabeza, en la puerta de madera y otra en mi muslo, la subía queriendo llegar bajo mi ropa y me dejé llevar, nunca nadie me habia tocado, apenas tengo catorce, eso no debería pasar, pero el me lleva dos años, sus deseos pueden ser inimaginables, quiso bajar mis bragas pero ahí lo detuve

- Que te pasa?!

- Oh vamos, te deseo. Lo dijo con una mirada de asco, como la de los pervertidos borrachos, solo quería escapar de ese lugar

- Sabes qué? Dile al profesor que estoy enferma, no puedo con esto más

- Oh no, tu no te irás. Dijo poniéndose en mi camino.

- Estoy harta! Aléjate de mi! Te he soportado todo este tiempo y ya fue suficiente! Tu y yo terminamos! Ni te atrevas a llamarme!

Una noche en su regazo (Escribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora