What can I do? ➳ Seungcheol

tres

- Sí, sí lo tengo muy claro - Dijo Seungcheol mientras hablaba por su teléfono celular con algún empresario, mientras Hyesun estaba en su cuna llorando.

Había pasado un mes desdé que su hermana Somin había roto la puerta de una patada y lo había vuelto a entrar en razón. Ahora todo estaba bien - por así decirlo -, él estaba con su pequeña Hyesun, ella crecía y todo parecía estar tomando su curso. Pero él no tenía empleo. Después de la muerte de Eunji, cuando él se encerró en su habitación y no fue a trabajar por cinco meses, sí, ahí lo despidieron, su jefe había entendido completamente y le había regalado un mes para que él estuviera mejor, pero el se demoró cinco meses en estar mejor, así que lo despidieron. Actualmente tenía cuentas de luz y agua, una hija de seis meses, un auto que aun no terminaba de pagar y una casa que mantener.

Todo era una mierda y para colmo no le habían dado el trabajo, otra vez.

Cortó la llamada y dejo su teléfono celular sobre la cama. Se giró a ver a Hyesun, tan pequeña tan frágil. Caminó hacia la cuna de su hija y se quedó al lado de ésta para seguir observándola. Hyesun seguía llorando. Extendió sus brazos y la tomó, en cuanto Hyesun sintió el cálido abrazo de su padre, ésta dejó de llorar. Eso siempre pasaba, Hyesun lloraba y en cuanto ella sentía los brazos de su padre, al instante dejaba de llorar. Parecía magia. Él se quedó así, de píe al lado de la cuna abrazando a Hyesun. De pronto su pequeña se separó un poco de él y se le quedó observando detenidamente. Seungcheol estudió el rostro de su hija, ahora tenía más cabello y observó los pequeños pendientes de oro que Somin le puso en sus orejas, cuando Hyesun vivía con ella.

No le gustaban esos pendientes.

En la cultura coreana, era mal visto que a una pequeña recién nacida le pusieran pendientes, pero como su hermana había vívido tantos años en Estados Unidos, ella creía que Hyesun se veía linda, pero para Seungcheol no era correcto perforar las orejas de su hija a tan corta edad.

De pronto salió de sus pensamientos al sentir una humedad en su nariz. Hyesun estaba chupando la punta de su nariz. La separó lentamente y frunció el ceño. Hyesun volvió a acercarse, pero ésta vez rosó la punta de su nariz con la de Seungcheol, ambas narices se estaban rozando una y otra vez, una sonrisa se formó en los labios de Seungcheol, su pequeña Hyesun estaba jugando con su nariz.

La bebé dejo de rozar sus narices y se quedó mirando fijamente a su padre, sin expresión alguna.

- ¿Quieres salir a dar un paseo? - Le preguntó Seungcheol a su pequeña hija, que solo lo miraba. - ...Tomaré eso como un sí.

Dejó a Hyesun sobre la cama y se dispuso a buscar el bolso de la bebé que estaba lleno con panales y otras cosas. Hyesun estaba sobre la cama, moviendo sus brazos y piernas, y haciendo burbujas con su saliva de la boca. Seungcheol estaba casi listo, lo único que le faltaba era el pequeño gorro que Hyesun usaba para que no le diera viento el la cabeza. Cuando por fin encontró el gorro rosado, caminó a la cama y se sentó al lado de Hyesun, puso el gorro en la cabeza de su hija y la tomo en brazos junto con el bolso de ella. Se encaminó a la puerta junto con su hija en brazos y bajo la escalera a paso rápido. Caminó por todo el piso de abajo hasta la cocina, ahí sacó la leche que estaba sobre el mesón y que había calentado temprano, y se dispuso a salir de casa.

Hoy era el día.

Iría a buscar empleo.

Por desgracia su hermana tenía que trabajar, así que tendría que llevar con él a Hyesun, no podía dejarla sola en casa. Antes de levantarse había pensado muy bien todo; si no le daban el empleo en la empresa donde había dejado su currículum, tendría que ir a buscar trabajo en la calle, ya sea como mesero en algún bar o restaurante, o cualquier otra cosa que le pudiera proporcionar el dinero para las cuentas del hogar. Y por desgracia tendría que llevar a su pequeña niña con él en la busca de un nuevo empleo.