Between 2 [Harry Styles, Luke Hemmings] (TERMINADA)

Capitulo 40

Harry

He estado pegandole al saco de boxeo durante horas hasta que he conseguido hacer sangrar mis nudillos, esta vez con más facilidad porque ya venía haciendo esto dos semanas atrás. Mi vida es una mierda. He perdido a las dos personas más importantes de mi vida y ni siquiera he sido consciente. A mi madre, aunque no me he portado como he debido con ella es mi madre, la quería más que a nada y ahora me siento vacío. Siento que ya no tengo ningún motivo para vivir en Michigan, me sentía solo. Decidí volver a Florida pero fue más inútil aún. A Conny, a ella la pierdo siempre, y no porque no tenga remedio, si no porque soy gilipollas. Aquí también me siento solo, vacío. Ella no está y vivir con mi padre y su madre es mortalmente aburrido. Ni siquiera he llamado a mis amigos. Las quiero a ellas o nada. Pero a mi madre es imposible recuperarla y a Conny...bueno, a ella también. Mi madre solo me pidió que cuidara de ella, que no la perdiera y, ¿qué ha sido lo primero que he hecho? Genial Harry, lo bordas. Pero tal vez es hora de pasar página, aunque parezca imposible. Siempre he pensado que Conny era feliz conmigo, pero a lo mejor me equivocaba. Puede que su sitio sea con otra persona, ¿con Luke quizás? No lo sé. Pero tengo que dejar que ella lo descubra. No puedo más. Me rindo.

-Harry, deberías de estar en clase.-mi padre estira la cortina de mi habitación dejando que entre toda la luz. ¿Qué tengo cinco años?

-Cierra la cortina, haz el favor.-digo tapándome los ojos con la mano.

-Llevas dos días sin salir de tu habitación. Ni siquiera vas al gimnasio. Y la habitación apesta a whisky.

Mis nudillos están tan destrozados que no soy capaz de dar ni un solo golpe más al saco de boxeo. He vuelto a la opción de emborracharme. Es cierto, llevo dos días sin salir de mi habitación. Ya no sé que es estar sobrio. Mi padre sigue pasmado delante de la puerta. Emito un gruñido.

-Solo te digo que te tienes que graduar este cuatrimestre.-dice levantando las manos en señal de derrota y se va.

Estiro el brazo hasta que alcanzo una botella de whisky del suelo. Bebo a palo seco y dejo que el fuerte sabor queme mi garganta. Doy otro trago y la tiro al suelo. Me levanto de la cama y entro en el baño para darme una ducha. Si consigo que se me pase esto iré a clase, lo prometo. Después de más de media hora debajo de la ducha mi cabeza sigue dando vueltas. Solo tengo ganas de dormir. Vuelvo a mi habitación. Cojo una camiseta del suelo y gruño al verla llena de manchas pero me la pongo igualmente. Termino de vestirme y bajo a la cocina como puedo. Todo me da vueltas. No creo que sea capaz de coger el coche. Simplemente salgo de la casa y un aire fresco me azota en la cara. Ni punto de comparación con el frío de Michigan. Este aire es agradable. Camino por el perfecto césped hasta que me desvío y llego al bosque. Camino sobre el camino que ya a penas tiene escarcha. Paso cerca del lago y sonrío al recordar cuando saqué a Conny de aquella maldita fiesta. Esa noche fue la primera que pasó en mi casa. Puede que ese día ya estuviera enamorado de ella pero ni por asomo me imaginé todo lo que vendría después. De haberlo sabido igualmente la hubiera llevado a mi casa. Todo lo que me ha hecho sentir en tan poco tiempo no me lo había hecho sentir nadie y no creo que vuelva a encontrar a nadie como ella. Sigo caminando hasta que llego a la pequeña casa. La pintura está estropeada por la lluvia y la escarcha que ha cubierto el tejado durante todo el invierno. Un montón de recuerdos inundan mi mente tanto de Conny como de mi madre. Ella construyó esta casa para mi cuando yo a penas tenía dos años y ella aún vivía aquí. Tengo pocos recuerdos de esa época y me da pena porque creo que fueron los únicos años de mi vida en los que verdaderamente fui feliz. Hasta que llegó ella.