Parte única

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Thomas negaba con la cabeza frente del espejo, aún no estaba muy convencido de que esa corbata que le había prestado Newt le quedara bien, el realmente odiaba usar corbata y esas cosas pero CRUEL había insistido en que asistieran a la fiesta "Lo más formales posibles".

Suspiró y frunció el ceño, pero el ceño se le suavizó levemente al recordar que Teresa también estaría en la fiesta.

Desde hace algunas semanas no podía sacarla de su cabeza, aún no tenía muy claro porque, pero tenía sus sospechas, esto realmente lo estaba asustando, le había contado a Aris la semana pasada cuando estaban en su cuarto revisando un par de cosas en sus tabletas, Aris había soltado una carcajada y entre risas le explicó.

-Estas enamorado, idiota

Thomas lo había mirado como si le estuviera diciendo que la llamarada era solo un mito.

-¿Q...qué dices? –Le había gritado

-Que estas enamorado –Repitió Aris levantando la vista de la tableta

-Yo...yo no estoy ena... -Ni siquiera era capaz de terminar la oración, ¿Él enamorado de Teresa?

-Claro que lo estas –Afirmó Aris –Mira como te pones con solo oír su nombre

-No sé de que hablas –Le contestó rodando los ojos

A Thomas le ponía de los nervios recordar esa conversación, desde que había hablado con Aris había empezado a evitar a Teresa, se ponía extremadamente torpe en su presencia y apenas podía articular palabras, por eso trataba de no toparse con ella, culpaba de todo eso a Aris, antes de que hablaran todo estaba de maravilla.

Pero esta noche, Thomas no escaparía, estaba decidido a estar junto a ella la mayor cantidad de tiempo posible, porque eso es lo que haces en Navidad ¿No? Estar con las personas que quieres, o al menos, eso es lo que la ministra le dijo.

Miró el reloj que estaba en su muñeca, faltaban diez minutos para las ocho y la fiesta comenzaba a las ocho, se miró al espejo por última vez y rebusco en su armario el regalo que había conseguido para Teresa, había sobornado a uno de los guardias que custodiaban la bodega para que lo dejara entrar a rebuscar entre las cosas que CRUEL había guardado de antes de la llamarada, había encontrado un viejo libro que supuso que a Teresa le gustaría, ella amaba leer libros de antes de la llamarada, sobre todo los que ella calificaba como "Ridículamente románticos" y el resumen escrito en la parte de atrás de "El diario de una pasión" prometía que el libro entraría en esa categoría.

Guardó el libro en uno de sus bolsillos, sobresalía un poco pero dudó de que alguien siquiera lo notara, y salió de la habitación.

Una vez fuera vio como algunos chicos caminaban a paso rápido en dirección al comedor, todo CRUEL estaba decorado para la ocasión, guirnaldas de colores metálicos, bastones de caramelo y figuras de Santa Claus en cada puerta. La ministra no había escatimado en gastos.

Se encontró frente a la puerta del comedor mucho antes de lo que le hubiera gustado, le dieron ganas de escapar, ya no se sentía capaz de pasar la noche junto a Teresa, ¿Y si ni siquiera era capaz de pronunciar una palabra?

Empezó a caminar hacia atrás alejándose de la puerta, pero para su suerte o desgracia, cuando su voluntad estaba flaqueando, Aris apareció por detrás palmeo su espalda y lo saludó.

-¡Hola, Thomas!

El solo logró balbucear una respuesta.

-¿Vas a entrar? –Indicó la puerta

Thomas negó con la cabeza pero Aris lo ignoró, abrió la puerta y lo empujó dentro.

-¿Qué haces? –Susurró con el ceño fruncido

Navidad en CRUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora