×CAPÍTULO 2×

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El resto del viaje mi madre y yo no nos dirigimos la palabra.Tan solo para que pusiera el aire acondicionado.
Llegué a la isla.Como era de esperar, hacia una calor espantosa.Salí del coche y crucé miradas con mi madre.Eché un vistazo a la puerta del hotel.Un par de guiris me miraron de arriba a abajo y uno de ellos me guiñó el ojo.No dudé en sacarle el dedo corazón con toda la rabia posible.Abrí la puerta del maletero y cogí mi maleta.Me abrí paso entre mis padres,que intentaban coger su equipaje también, y me dirigí a la entrada.Me asomé a recepción y vi a un grupo de chicas pijas que iban con pareos dirección a la playa.Me miraron y comenzaron a reírse.En efectivo.Hasta de vacaciones iba a haber chicas que la juzgarian.Miré hacia los ascensores, repletos de gente impaciente por llegar a la playa. Decidí ir por la escalera.Lo que más me apetecía a ese momento no era precisamente estar en un espacio de 2 metros cuadrados con gente que apestaba a sudor. Al intentar subir las escaleras con la pesada maleta y me tropecé.Lo que faltaba.Con la vergüenza que me daba caerme en público.Miré a los lados para ver si me había visto mucha gente.Pero antes de darme cuenta un chico me había recogido la maleta.Era alto, de unos 19 años y lucia una perfecta sonrisa.Le di las gracias y me apresuré en subir.Llegué a la habitación un poco desorientada. ¡Aquello parecía un laberinto!
Me tumbé en la cama y suspiré. Vaya comienzo.Los tontos de la entrada, la pijas de recepción y la caída en las escaleras.Cogí la maleta y busque en el bolsillo exterior.Me puse el bikini que me había comprado nuevo y una camisa de sisa larga, muy finita con unos pantalones cortos vaqueros de esos que son desgatados y rotos.A la playa que voy.Rebusque la maleta. Preparé una bolsa con el movil, algo de dinero, los auriculares y recé por no encontrarme a mis padres en el pasillo.
Estuve perdida por el edificio como 15 minutos. Hasta que ya,mareada empecé a mirar a mi alrededor.El chico de las escaleras se dirigía hacia mi.
-¿Le pasa algo? -preguntó mientras se iba acercando.
- e...es...estoy perdida -respondí colorada como un tomate.
Miro la toalla y la bolsa de playa. Sonrió y dijo:
-¿Con que a la playa? Ven por aquí. Te acompañaré.
-n...no hace falta de verdad... -tartamudeé.
-No se preocupe, no es molestia.
-Puedes hablarme de tú. Me...me siento más cómoda así. -le rogué desviando la vista.
-¿Con que Lourdes?- me vio mi cara de sorprendida así que prosiguió - no soy adivino ni nada de eso... Esque lo pone en tu maleta...
Maldita manía la de mi madre de etiquetarme todas las maletas.
-Sí...encantada...
-Lucas -dijo- Encantado también.
Charlamos un rato más de camino a la playa.Me contó que esa misma noche había un espectáculo en la sala de celebraciones del hotel y que no podía faltar. Cuando llegamos me indicó las escaleras que bajaban a la playa y se despidió.
-Millones de gracias,que tengas un buen día -le dije con una sonrisilla.
Él me miró con una sonrisa pilla y dijo
-No hay de qué.
Un chico muy majo. Y sin darle mucha importancia a lo que acababa de ocurrir, me dirigí a la playa.Lo más alejada posible de la zona del hotel.Bf.Empezaron las vacaciones.

5 minutos antes del atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora