Hollow Sick

Prólogo: Hollow

Advertencias: Yaoi, yaoi y.... Más yaoi. No llega a ser PWP pero casi.

Texto – Presente.

Texto – Flash Back.

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Jadeos y gruñidos de dolor hacían eco a través del vacío mundo que solo contenía una ciudad de rascacielos infinitos puestos al revés que se extendían por todas partes. El choque de armas metálicas resonaba a través de los cristales de las ventanas. Los edificios temblaban con la energía de los golpes. Algunos permanecían derruidos, otros agujereados. Muchos otros tenían todos sus cristales estallados.

Aquella lucha que se estaba sucediendo contenía rabia, odio y lujuria. Instinto puro había tomado control de ambos combatientes mientras sus espadas colisionaban una contra la otra repetidamente. El sonido de la piel siendo desgarrada y la sangre siendo derramada sobre los cimientos también podía escucharse. Gritos de lucha y gruñidos de dolor a la par. Una risa maniática de disfrute también hacia eco a través del vacío mundo a excepción de ambos contrincantes.

Y de repente reinó el silencio cuando un ruido metálico resonó. Una espada había caído lejos de su portador, deslizándose hasta detenerse.

Con la respiración en extremo agitada y el corazón a punto de salírsele del pecho, un shinigami estaba parado sobre pequeños charcos de sangre y sudor provenientes de la batalla; con la espada en su mano temblorosa por el extenuante esfuerzo al que había empujado su cuerpo. Su cabello naranja, normalmente despedido en todas las direcciones, estaba extrañamente casi aplastado contra su cabeza y con algunas manchas de sangre en éste. Sus oscurecidos ojos color caramelo siguieron la línea de la hoja de su espada hasta llegar a la punta; la cual estaba rozando la piel pálida del cuello de su contrincante, justo por debajo de su barbilla. Tragó saliva tratando de humedecer un poco su seca garganta, pero su respiración aún acelerada no ayudó a que se mantuviera así mucho tiempo.

—Q-qué es lo que hiciste... —preguntó nuevamente, por tercera vez, notó el hollow. Pregunta cuya respuesta no podía dar.

Ojos dorados llenos de rabia por haber perdido, también lo miraban con cierto deje de lujuria por la sangrienta y ardua batalla que acababa de sucederse. Levantó la barbilla aún más cuando la espada del otro se movió. El ganador a veces se turnaba. No siempre era él o el shinigami. Dependía de la voluntad más fuerte en ese momento.

Sin embargo, aquella batalla tenía un motivo detrás de ella....