Capítulo 3: Una vez más.

1.3K 50 6
                                    

Año 2063.
Vale.

- Vale. - Me dice Simón. Acerca su caballo al mío y se baja de el. Esta amaneciendo. Nos quedamos despiertos toda la noche mirando las estrellas y como los dos amamos ver como sale el sol, nos vinimos a una montaña, para poder mirarlo y apreciarlo mejor.

- ¿Que? - Le pregunto con una sonrisa en mi cara, y bajando de mi caballo también.

Se acerca y me da un beso. - ¿No pensas que ya tendríamos que... no sé, conocer a alguien más?

- ¿Qué decís gato? ¿Me estas dejando?

- No mi amor. Dejarte sería un delirio. Lo que digo es, conocer personas para tener amigos. ¿Hace cuantos meses estamos acá? Los dos solos con los caballos.

- ¿Ah, qué? ¿Te cansaste de mi entonces? Claro, te ahogo, es eso ¿No?

- No, necesitamos amigos, es eso, lo que quiero decir.

- Los únicos amigos que tengo están muertos en este año.

- Pero, no me entendes.

- Si entiendo, vos no entendes. Nunca voy a encontrar a alguien como Jaz, o Mar, o Cari, y por más que me cueste decirlo, como Mel y Tefi.

- Y pero... no sé, capaz podemos encontrar a Paz y Hope. Ellas tienen que estar, un poco grandes, pero es lo de menos.

- Si, tenes razón... ¿Seguirá el Mandalay existiendo?

- Estamos a 15 minutos del centro, y si el Mandalay sigue donde estaba antes... son 20 minutos para llegar.

- ¿Vamos?

- Vamos.. -

Nos volvemos a subir a los caballos y cabalgamos hasta donde recordábamos que estaba el Mandalay. Cuando llegamos, no nos encontramos con nada mas que arboles, flores, y arbustos.

- ¿Era acá?

- El GPS del celular me dice que nos tenemos que meter entre los arboles. - Me contesta y mientras gira el celular y hace muecas. - ¿Qué hacemos?

- ¡Y vamos!

Nos metemos entre los arboles. Era algo parecido a un bosque con muchos mosquitos y todo tipo de bichos que volaban y no me dejaban en paz.
Paré para poder rascarme las piernas y la cara. Y también para bardear un poco a los mosquitos y matar a alguno que se me cruzara.

- ¡Vale! ¡Llegamos! - Me grita Simón. Cabalgo rápido y enseguida me enfrento con la puerta del Mandalay. - Llegamos mi amor.

Los dos bajamos de los caballos y los atamos a unos arboles. En la puerta nos encontramos con un timbre, que no me acuerdo que haya estado antes. Simón lo toca varias veces hasta que alguien del otro lado habla.

- ¿Hola?

- ¿Hope?

- ¡Ay si soy yo! ¿Quién es?

- ¡Saimon y Vale!

- ¿Eh?

- ¡Tus tíos!

- Ay no, me muero muerta. ¿Qué hacen acá? Paren, ahí voy.

Después de unos 10 minutos, vemos a Hope venir corriendo hacia nosotros. Estaba mas vieja, tenia algunas canas y la piel distinta, pero igual se la veía bien, bueno, supongo que si puede correr con tacones teniendo cincuenta y no se cuantos años está muy bien.

- ¡Ay tíos me muero! - Nos abre y nos recibe con un abrazo fuerte. - ¡Paz! La gata y el payasito están acá! ¡PAAAAAAAAAAAZ!

- No grites Hope. - Le dice Simón

- Ay bueno, no me debe escuchar. ¿Cómo están? Los extrañé. Yo pensaba viste, en algún momento nos tienen que venir a ver, por qué si ellos están en este año y nosotras también no creo que sean tan bolidos de no venir a visitarnos. - Nos reímos los tres. - Pasen pasen.

- Esta todo igual. - Le dice Simón mirando sorprendido.

- Si viste, no cambiamos nada, no nos va mucho esa cosa.

- ¡La zamacueca! - Digo emocionada.

- Ay si. ¿Querés una torta frita? Agarra eh, te las pago yo.

- No, estoy bien.

- Vengan vamos al cuarto de Paz.

Por lo poco que pudimos ver, era muy literal cuando Simón dijo que las cosas no habían cambiado. Todo seguía tal cual estaba. Los uniformes, los adolecentes caminando por todos lados, la peluquería de Hope, el ascensor, el mándala en el piso, todo.

- ¡Paz!

- ¿Qué pasa Espi? ¡Te dije que estoy haciendo fragancias nuevas! Necesito concentrarme - Le grita Paz desde el otro lado de la puerta

- Y yo te dije que no me digas Espi. - Esperanza abre la puerta y vemos a Paz sentada en la cama revolviendo algo.

- ¡Tíos! - Grita, y corre a abrazarnos. - ¡Ay no puedo creer que estén acá! - Nos sigue abrazando y cuando nos suelta le vemos lágrimas en los ojos. -  Perdonen, estoy muy feliz. - Se seca una lagrima que le cae por la mejilla. -¡Una vez más nos volvemos a ver! ¡A abrazar! ¡Una vez más y espero que sean muchísimas! - Así es. Una vez más juntos, unidos. En familia. - Estamos medias viejas pero igual nos podían venir a visitar mucho antes eh! - Paz tiene algunas arrugas y ojeras que la diferencian de la Paz de antes, pero el resto sigue igual.

- Están bien - Les dice Simón guiñándoles el ojo, a lo que yo lo miro mal y le doy un codazo.

- No te pongas celosa Vale. ¿Cómo están? ¿Dónde viven? Saben que si quieren pueden vivir acá eh, no tenemos problema. - Nos comenta Hope contenta.

- Estamos bien. - Le contesto. - Vivimos en una cabaña que encontramos abandonada. No estaba muy sucia. Remodelamos algunas cosas con lo poco que pudimos ganar.

- ¿De que trabajan?

- Cantamos. - Dice Simón. - Como dúo y como solistas. En bares, casi siempre.

- Avísenos cuando así los vamos a ver.

- ¿Y ustedes? - Les pregunto. - ¿No saben nada de los chicos? ¿De Rama? ¿De Thiago?...

- No. No sabemos nada.

- ¿Por qué? ¿No pueden comunicarse con ellos de alguna manera?

- Regla número 1: No está permitido comunicarse con humanos y/o cualquier otra especie, ser vivo o no vivo de cualquier año que no sea el que uno esta presente. - Comenta Tic-Tac, apareciendo atrás nuestro.

- ¿No te cansas Bruno de aparecer sin que te llamen todo el tiempo? - Le pregunta Paz.

- ¿Bruno? - Peguntamos Simón y yo al mismo tiempo.

- Un... pequeño detalle que me olvide de contarles, y que no pienso contarles hoy. - Nos contesta

- ¿Entonces? - Digo.

- Vine para que hablemos de un tema mucho más importante.

- ¿Qué pasó?

- Siéntense los cuatro. - Nos señala la cama.

- Para, gato, antes de empezar, nosotros en realidad no somos de este tiempo. Entonces nos podemos comunicar con los chicos ¿No?

- Piri gati, nisitris ni simis di isti tiempi. - Me contesta burlándome

- ¿Querés que te curta?

- Ay que miedo. - Me dice sarcásticamente. - Sentate, que les tengo que decir algo importante de verdad. - Le hago caso, no sé por qué, pero le hago caso. Se aclara un poco la voz, y respira hondo- Eudamon está en problemas. Graves problemas.


*************
Les quería decir que muchas, muchas gracias por leer la novela, me hace muy muy feliz que les guste, de verdad. Espero que hayan tenido muy lindas fiestas y les deseo todas las buenas vibras y cosas positivas para este 2016.
Con amor ♥




Casi Ángeles 5: ¿Fin?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora