Tal vez sea su mirada o su piel, quizá sea esa manera que tenía de dirigirse hacia mi, educada pero de cierta forma cálida y amable.
Ya habrían pasado 3 años desde que conocí a Kiku Honda, un chico de origen japonés que, aunque nuestras circunstancias no habían sido las mejores al conocernos, de alguna manera me había logrado cautivar. Ambos nos encontrabamos en el mismo curso al momento de conocernos, ahora nos encontramos cursando el último año en la universidad W.
Aun me sorprende la manera en que evita al mundo pero, a la vez, me gusta de una manera egoísta, me hace sentir algo de confianza hasta el momento en que tenga el coraje de confesarle mis sentimientos.
Eso era lo que pasaba por la mente de Arthur Kirkland mientras observaba atentamente cada movimiento que su amigo azabache hacia, cada rasgo de aquel joven muchacho ya había sido memorizado por aquel ingles de ojos esmeraldas que no podía evitar pensar que eran perfectos y, esto podría ser realmente así, ojos achocolatados, piel blanca tan delicada como la porcelana y cabellos negros como la tinta perfectamente alaciados, esa era la descripción mas acertada sobre el japonés que lo traía loco.
-¿Sucede algo Arthur-san?- pregunto Kiku al sentirse acosado por la mirada de su compañero.
Las mejillas de Arthur se tiñeron levemente al darse cuenta de su insistente mirada hacia el joven japonés.
-No sucede nada- dijo evitando la mirada contraria- ¿El profesor esta tardando, no?
-Un poco.
El joven asiático siempre había sido alguien de pocas palabras.
Pasaron varios minutos en los que hablaron de asuntos triviales y el profesor entro haciendo a todos guardar silencio y tras de él un muchacho castaño de orbes verdes que, podrá haber sido la imaginación de Arthur, observo a Kiku detenidamente.
-Buenos días, disculpen la tardanza- saludo el profesor- el es Heracles Karpusi y cursara este ultimo año con ustedes, sean amables- después se dirigió al joven que tenia al lado- puedes sentarte, hay un lugar al lado de Honda- le dijo señalando al japonés.
-Gracias- dijo algo aflojerado.
Arthur miraba cada movimiento del nuevo ingresado, desde como caminaba, hasta como se sentaba destacando que era junto a su japonés. Las clases prosiguieron hasta la hora del almuerzo en que la mayoría aprovecho para acercarse al "nuevo".
-¿Y de donde vienes?- pregunto un chico albino de ojos rojos.
-Soy de Grecia- le respondió el chico con pereza.
-¿Te expulsaron de tu anterior escuela?
-No- el griego buscaba entre aquella bola de personas al chico azabache junto al que se había sentado sin éxito- Oigan ¿Cómo se llama el chico junto al que me senté?
-Kiku Honda- respondió una voz al fondo.
![](https://img.wattpad.com/cover/58137383-288-k46268.jpg)