3. La pelea.

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—¡Shawn!—Grité cuando observé como le lanzaba el primer puñetazo, bajé rápidamente de las gradas para ir a intentar separarlos aunque sabía que no iba a poder lograrlo, lo único que me llevaría algún que otro puñetazo.—¡Suéltale!—Volví a gritar cuando Shawn le propinó a Nash otro puñetazo pero entonces el morocho le dio un cabezazo y fue él quién se subió encima de mi hermano para pegarle en la mandíbula.—¡Animal!—Me disponía a lanzarme sobre él cuando alguien me agarró del brazo para alejarme del círculo que se había formado.

—¡Basta ya!—Vociferó el entrenador, alejé mi vista de aquel chico moreno que me había sacado de allí para dirigirla nuevamente al cúmulo de personas que había comenzado a dispersarse, dos chicos sostenían a mi hermano por los brazos y lo mismo pasaba con Nash. Les observé, Nash, a pesar de ser el primero que había recibido, tenía menos daños causados, un simple corte en el labio y un indicio de moratón en su mejilla, en cambio, mi hermano tenía una ceja que no dejaba de sangrar al igual que su nariz y observé como escupía sangre, ¿cuán fuerte le había pegado Nash? Solo había dejado de mirar unos pocos segundos y parece que eso le bastó a Nash para machacarle. Estaba segura de que aquel morocho había peleado más de una vez.

—A mi despacho, ¡ahora!—El entrenador estaba rojo de la ira, las veces que lo había visto parecía enfadado pero en ese momento la cólera invadía su cuerpo. Mi hermano y Nash caminaron fuera de la pista y, al contrario que mi Shawn, Nash se giró sonriéndome. Imbécil. Quise gritar pero antes de llevar eso acabo me di cuenta de que el chico que me había sacado del círculo antes estaba frente a mí. Le observé mejor. Pelo negro y corto, ojos negros y piel un tanto pálida, guapo, y los tatuajes cubriendo gran parte de su brazo derecho me atrajeron aún más.

—¿Estás loca? ¿Qué pensabas hacer? ¿Separarlos?—Quiso saber ese chico como si Shawn le hubiese traspasado la sobreprotección.

—No sé, solo quería que Grier dejase de pegar a mi hermano...— Confesé mientras miraba al suelo.

—Lo único que ibas a conseguir es que hubieses quedado tú peor que ellos. —Respondió francamente y tenía razón, pero ver como golpeaban a mi hermano y no poder hacer nada no era plato de buen gusto.

—Soy Brook.— Se presentó después de ver como yo me mantenía callada.

—Me llamo Mickie.—Contesté mientras le daba mi mano para apretarla en señal de saludo.

—Lo sé, la chica que calló a Nash en clase.

—¿Cómo...?

—Los rumores corren rápido, cariño.—Se adelantó a mí, sabiendo cual iba a ser mi pregunta.

—Increíble, y yo que no quería llamar la atención.—Maldije entre dientes.

—Objetivo fallado, lo siento.—Bromeó divertido.—¿Quieres que vayamos a dar una vuelta por ahí?—Propuso y le miré, su aire de chico rebelde me atraía demasiado, ¿acaso eran todos así?

—Tengo que esperar a que salga mi hermano.

—Cierto... Parece que no le va a ir muy bien aquí, mira tan solo como ha empezado.—Le miré malhumorada con el ceño fruncido.

—Lo que digas.—Finalicé y cogí mi chaqueta mientras me disponía a salir del gimnasio.

—Eh, ¡Mickie, espera!—Gritó Brook detrás de mí, pero no frené, quería salir de allí, ir a por mi hermano y largarnos a casa mientras planeábamos como hacer para que mi padre no supiese de aquella pelea puesto que las repercusiones de aquello se encontraban en su rostro.—Perdón si te ha molestado lo que he dicho, solo estaba siendo sincero...

Rebeldía (Nash Grier) ADAPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora